sábado, 18 de octubre de 2008
A veces veo cursis y 5 y final. ¿Qué podemos hacer?
Se me han quedado muchas y muchos cursis en el tintero. Es casi como lo que dicen al final los Hechos o los Evangelios, cito de memoria: harían falta muchos libros... para describir... (en este caso) todo lo que hacen, dicen y son los cursis. Nos aproximamos al problema en el 1, vimos luego los orígenes, las mujeres y los hombres cursis y, al final, no se me ocurre más que una solución.
Vivimos gobernados -es un decir- por un cursi de tomo y lomo.
"La primera vez que vi a Sonsoles con ese chubasquero amarillo, El País en la mano, en el hall de la facultad, cuando la vi y la miré a la cara, dije: 'Tengo que hacer lo que sea. Tuve mucho trabajo, mucha competencia, porque Sonsoles es una mujer guapa [¡e inteligente, claro!]. Entonces supe que lo que debía hacer era invitarle a un proyecto vital compartido". (Madera de Zapatero, Suso del Toro.) (Doy gracias a Redford y Newman porque si no solita no hubiera visto yo esto y gracias a ellos y a Suso, que citó a la Preysler, he hecho 5 entradas en un día: soy un mihura y aún sin citarme entro...)
No sé, casi prefiero el bruto que te dice si en tu casa o en la mía. Pero alguien que te invita a un proyecto vital compartido pero ¿dónde se ha visto esto? Ni Amadís de Gaula, por Dios.
Sí, puede ser otras cosas, Zapatero, pero por encima de todas es cursi. Yo pensaba que socialismo era algo serio, de más vueltas, y ha quedado en esto: Zapatero y su corte de cursis, que son legión con pocas excepciones, muy pocas.
Si yo fuera socialista no lo hubiera permitido. Por eso entiendo tanto a Rosa Díez. No hubiera permitido que esa panda de cursis que ahora gobierna no sólo el país, sino el PSOE, se hubieran hecho tan fuertes.
Un vistazo a la derecha y tampoco hay muchas esperanzas. Rajoy es menos cursi, es verdad, pero ¿qué me dicen de las Sorayas, Gallardón, la candidata esa catalana? Gallardón tras declararse a su pobre mujer... dejó a la susodicha para ir a un concierto. Tío, si hubiése sido el futbol no te llamaría cursi, pero así lo eres: 100 veces cursi.
La cultura. Para qué decir. Los Goya es la ceremonia de los cursis, con pretensiones, pijos-progres-cursis. En el teatro se salvan algunos: Lola Herrera no es una cursi, las Gutierrez Caba tampoco, Juan Luis Galiardo tampoco. Sí, hay más, hay gente que no se ha dejado convertir en cursi. Gracias, gracias, gracias.
¿Cuál es el ámbito, el reducto, donde podemos defendernos de los cursis, no caer en lo cursi nosotros mismos?
La familia.
La familia es el lugar apropiado para comenzar la batalla contra los cursis. Hay demasiado sudor, demasiada desnudez, somos todos muy como somos, no hay manera de aparentar lo que no se es. Es todo muy escatológico como para ser cursi. Hay demasiada verdad, demasiada realidad sin trampa ni cartón.
Hay lo que hay entre un tipo que quiere a una mujer y a la vez, tantas veces, no la entiende, ella no le aguanta, los niños son un coñazo, pero luego no, luego hay momentos estupendos, y otros estelares de Cinemascope y palomitas. La leche, hay momentos geniales.
Y tu madre se mete donde no debe, pues la tuya más. Pues en mi casa no hacíamos esto, pues en la mía sí. Mamá eres una pelmaza, pues tú tienes un genio de aupa. Compartimos el cuarto de baño casi todos, algunos comparten la cama y las anginas.
Es imposible ser cursi, asumo que hay algunos que lo podrán intentar, pero al final no sale, me temo o más bien me alegro. Como dije: en cueros es difícil ser cursi.
Aunque algunos, estupendamente intencionados, eso seguro, se empeñen en hacer algo cursi de la familia, los hay. Y nos los aguanto, Dios me perdone, cursis, tontos y envidiosos, además.
Pues eso. Volver a la desnudez también esa que decía del principio. En la que nos vemos bastante limitados, la física, la espiritual. Y que no pasa nada, tú. Somos así, es lo que hay.
No me he atrevido con otras cursilerías que las puede haber hasta en la vida espiritual. En lo que debería ser auténtico, sin imposturas ni grandes frases, como un jamón ibérico pata negra, rechace imitaciones.
A mí me parece que se puede ser cursi también ahí, bastante. Y es terrible, o al menos bastante duro, darse cuenta de esto, así de golpe o poco a poco.
Lo dejo para otra ocasión porque tengo que hacer examen de conciencia personalmente, es la costumbre.
Me gusta Bisbal. Lo reconzco. Es cursi. Soy cursi.
Me apasiona Chayanne. Puede sea además la edad -la mía, no la suya- no sólo que sea cursi. Soy humana.
Digo "cariño" al teléfono (lo sé, de espanto) y no voy a tener a Natalia que me de un corte como me merezco cuando hablo así.
A veces hablo como consultora y no como una persona. Cursi al canto, fatal.
Y seguro que hago cosas mucho peores de cursi redomada.
Necesito ayuda, yo también. Pero mucha.
No es sólo el país es el que la necesita.
Yo espero tenerla de mis amigos, nuevos y viejos, del que pase por aquí, me da igual. Bienvenido sea.
A veces veo cursis.
A veces yo soy cursi.
Despedida y cierre por hoy, que somos 10 a cenar y el blog no les alimentará.
"La candidata catalana" ¿Te refieres a Nebrera (la que perdió el congreso) o la Camacho (la que lo ganó)?
ResponderEliminarPor adelantado digo que admiro bastante a la Nebrera. Aunque, como todos, tendrá sus defectos.
Lo de Zapatero y Sonsoles me ha sonado a uñas largas raspando una pizarra.
Debo de ser bastante "homo antecessor", pero mis grandes amores han comenzado por lo físico. Nada de El País bajo el brazo, el chaleco amarillo, ni proyectos de ningún tipo.
En mi fuero, el primer pensamiento siempre ha sido: "Qué pibón". Después (tras un mínimo de observación detallada y conversación): "Qué tía más lista y simpática"
La Camacho, la otra no estába mal, pero tampoco me apasionaba.
ResponderEliminarO sea, que eres normal tío, vamos, como todos los tíos... Eso, que me voy que la express....me está avisando que ya está!
¡Pero bueeeeeno!
ResponderEliminar¡Cinco entradas!
¡Menudo máster sobre la cursilería que me acabo de leer!
Divertido. Muy divertido.
...
Para cursi yo mismo,que me dedico a regalar cuentos y admito encargos sin cobrar parné, simplemente porque me gusta escribir.
¡Qué cursi!
...
Trabajo en la construcción y todos los días paso de escala social a velocidad de vértigo.
De arquitectos cuya conversación básica es sobre palos de golf, a albañiles, auténticos caballeros andantes.
Así que aquí te dejo un cuento que escribí sobre los hombres que no son cursis, los peretes, los horteras, los currantes.
Espero que no te parezca cursi.
EL PERETE.
Me acordé el otro día en un atasco.
Se me vino de pronto la imagen del Perete.
Entre los recuerdos de mi adolescencia, surge poderosa su imagen, tal vez por el ambiente que me rodea ahora, cumplidos los 46 y rodeado de gente "linda y lila", osease, políticamente correcta.
Me explico. Mi adolescencia fue la del hijo del currante que su padre le da todo lo que él no tuvo: estudios y algo de pasta para divertirse. Eso se traducía en que los privilegiados que estudiaban eran "los pijos", y los que curraban eran "los peretes".
Los pijos hacíamos bromas sobre los peretes, y los peretes odiaban a los pijos. Un mundo bipolar muy mediterráneo.
El caso es que el otro día, reflexionando sobre el valor y la verdad en esta España "lila" y de buen talante, me acordé de ellos; habían dejado su semilla en mí. Lo que pasa es que la semilla tardó 25 años en florecer. Pero al fin salió la flor.
Mi Perete era un chico de San Pedro del Pinatar, que conducía una Derbi, tenía unas generosas patillas y fumaba parsimoniosamente Ducados.
Entró pronto en el mercado laboral, currando desde los 16 y buscándose la vida cada 4 meses.
Hacía cosas que los pijos ni soñábamos: desmontar un carburador, hacer un caballito con la Derbi y entrar descaradamente en los puticlubs de carretera.
El Perete creció, y su padre le enseñó el oficio de albañil. Ejecutó correctamente fachadas de ladrillo cara vista, con un respeto por el aparejo y un sentido del orden, que enlazaba con la mejor tradición mudéjar.
Nuestro Perete formó una familia y luchó honradamente por ella, sin más armas que sus manos.
Nunca hablaba de política, y no sé si por eso o por un sentido digno de la vida, nunca, y cuando digo nunca digo nunca, dijo tontería alguna.
Simplemente era un ser digno y trabajador, con unos principios bien cimentados.
El sentido común que rebosaba, le llegó a desarrollar el concepto de la amistad de una forma profunda.
"Los amigos son para cuando no tienes razón; porque cuando la tienes ¿quién necesita a un amigo?".
Hablaba poco y hablaba bien.
El gobierno era quien mandaba a la guerra a mis peretes, los bancos limitaban sus posibilidades de crecimiento y la clase culta los miraba con cierto desdén.
Y ahora con 46 años me doy cuenta que los que encofraron el puente del Alamillo eran mis peretes, que a los que mandaron tomar al asalto cualquier cota en cualquier guerra eran mis peretes, y que los que apoyan incondicionalmente a sus amigos cuando no tienen razón, son mis peretes.
Por eso, cuando entro a una obra les saludó con respeto.
"Buenos días señores"
Es lo menos que puedo hacer para demostrar un poco de respeto por la gente que levanta un país.
Esa gente a la que nunca llaman para dar una conferencia o para participar como tertuliano en la radio.
Esa gente, que un día puede salvar a tu hijo que se está ahogando en una playa. Que simplemente se tiraría de cabeza al mar y haría lo que hace todos los días.
Echarle un par.
Y luego, tras el trabajo, tras la heroicidad diaria, se van solos a las rocas, miran de frente al mar y se echan un Ducados que te rilas.
No les molestes en ese instante.
Es el momento de gloria que los Dioses les han otorgado.
Me acordé el otro día en un atasco.
Atentamente. Driver.
Driver, tío, no me puedes hacer llorar a esta hora tan temprana, joer, tío, que no me hagas esto...
ResponderEliminarGracias, de verdad, muchísimas gracias. Qué cuento más... Driver, ya está tengo un adjetivo nuevo: es un cuento Driver, es un comentario Driver... La leshehhhh
Y una cosita: precisamente un cursi no regala ni los buenos días, a una mujer cursi no se le escapa ni un beso, los tiene todo guardados. Qué triste ¿verdad?
El cursi no es de verdad generoso, no le va. Si da algo es porque calcula qué va a recibir a cambio.
El tratado de la cursilería, casi un doctorado, me parece formidable. Cada vez trabajas más éstos post y me dejas sanamente acomplejado.
ResponderEliminarPero cinco a la vez es agitador, master: no podrías dosificar?.
Por cierto, coincido plenamente contigo al citar a Lola Herrera, las Gutiérrez Caba y Juan Luis Galiardo como excepciones a los cursis de la farándula. En mayo coincidí con Galiardo en el ascensor del Hotel "Astoria" de Valencia y en los segundos en que coincidimos me pareció a sencillez y la naturalidad personificadas: muy majo el tío.
ResponderEliminarHola, jurisconsulto, es que me salieron así, uno tras otro, el sábado cocino y no sé que me pasa que tengo como más "inspiración"...
ResponderEliminarOtros días no escribo porque viajo o estoy en otra cosa y no pasa nada.
Y luego está lo que canta Serrat "Y no dosifiques los placeres, si PUEDES... derróchalos".
Pues eso.
Para mí el blog es un placer, algún post me cuesta como el de la Palín que lo curré más porque quería tener cuidado con algunas cosas para no herir a nadie, pero en general me salen de un tirón y me divierto, lo paso bomba.
¡Tas quedau tranquila , maña!;)
ResponderEliminarSí, luego a lo mejor no escribo en un par de días, esto es un espacio de libertad para mí, estoy muy cómoda...
ResponderEliminarBesos y cuídate ese catarro que dicen que tienes...