viernes, 11 de marzo de 2011

"'¡Adios, Cordera!" en lectura vinculada


Ayer comenzamos a leer en voz alta en la residencia Ecoplar de Aravaca. Hablo en plural porque espero que seamos más lectoras en breve. Gonzalo C., amigo de mis padres, y su mujer, Angelina, viven allí. Al ir a visitarles un día pensé que podía ser un buen lugar para iniciar lo que venía pensando. Me hicieron el favor de comentárselo a Marta, la que lleva las actividades de la tarde, y ella, junto a la dirección, me dijeron que adelante. Iremos todos los jueves de 5 a 8, lectura general y por habitaciones, vamos a ver cómo sale.

Gonzalo es una de las personas más cultas que conozco. Trabajó con mi padre muchos años, se querían a rabiar, los dos lectores impenitentes e interesados por todo. Es asturiano y sugirió que empezásemos por Clarín. Busqué en casa y no encontré cuentos suyos. En principio vamos a leer textos cortos, que se puedan iniciar y acabar en la tarde. Así que ayer mismo me fui a la librería de mi barrio, la que han montado antiguos empleados de Crisol, "Lé" se llama. Siempre saben qué aconsejarte, da gusto. Compré por 5,95 euros los Cuentos de Clarín en Debolsillo (edición de José María Martínez Cachero, estupenda introducción, por cierto).

Tengo que reconocer que no había leído “Adios, Cordera” y que ayer, tras dejar el coche que se me estropeó en mitad de la Ciudad Universitaria (lo dejé allí tirado, no podía llegar tarde), solo pude dar un vistazo rápido al cuento en el taxi. Luego realmente lo leí por primera vez en voz alta en la residencia. Mal hecho, casi me echo a llorar con Cordera en mitad de la lectura, me emocionaba a medida que avanzaba. Veía a la vaca, a Pinín, a Rosa, al tren, al poste del telégrafo con sus casi tazas de porcelana (jícaras), a todo el cuadro que pinta Clarín, qué tristeza y, a la vez, qué gozada. Luego por la noche lo volví a leer en casa, acogedor regazo maternal el de la vaca, unidos luego animal y hombre en el destino por la carne que reclaman pudientes y patria.

Tras la lectura Gonzalo explicó lo que era el cucho y otras palabras en bable, el modo en que una casa asturiana de las de antes acogía a personas y animales. Da gusto escucharle, siempre sabe algo que tú no sabes. Leímos después a la Pardo Bazán, un par de cuentos, uno triste y otro alegre que acaba en boda ("El décimo" creo que se llamaba). Dejamos a la mitad el de la Mayorazga de Bouzas, la ves a caballo, otra escritora Dña. Emilia como la copa de un pino. Se sumaron a la lectura más personas, una señora de Cuenca, otra de Toledo y una jerezana. Seguimos con Muñoz Rojas y "Las cosas del campo" (hablamos de los abejarucos, voy a llevarles una guía de pájaros). Luego Victor de la Serna y su "Nuevo viaje por España", segunda parte (la ruta del calatraveño que empieza por Quintanar y Puerto Lápice). Por último, algo de Eugenio D’Ors sobre Marzo (está en unos cuentos filosóficos que compré suyos el pasado otoño).

Vine feliz a pesar de que no sé qué le pasa al coche, me vendría de pena una avería de las caras. La próxima semana vamos a leer sobre Soria. Angelina es de allí y así luego nos cuenta sobre la provincia, la ciudad y su historia. Ella me sugirió que leyera a Becquer, tengo que buscar en la librería de mi padre.

En cualquier caso quedé con Marta, y esta mañana con Gonzalo, que vamos a hacer un programa de lecturas para que así sea más “vinculada”, no sólo como dice Antonio Rodríguez en su blog y en su escuela (lectura proponiendo el texto, "respirando" a las personas, mirándolas, etc…) sino, también, para que haya luego conversación, participación, palabras que el texto promueve y que unen, de eso se trata.

De todo esto seguiré informando en esta bitácora. Por cierto, agradecería mucho las sugerencias sobre lecturas, mejor cortas, cuentos, relatos y poesía para leer en Ecoplar Aravaca. Si he descubierto "Adios, Cordera" a mis años estoy segura que me quedan otras sorpresas muy agradables. La vida se abre. Gracias, Ecoplar, y gracias a Antonio Rodríguez del que espero seguir aprendiendo sobre lectura vinculada.

11 comentarios:

  1. A mi me gustan mucho los cuentos de Cortazar y Borges....

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  2. Los cuentos de Chéjov son muy evocadores; también están los de Rulfo, Stevenson, Aldecoa, Horacio Quiroga...
    Espero que lo del coche no sea grave, imagino el disgusto de Olimpia.
    Un abrazo.

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  3. ¡Qué bonita iniciativa! A ver si se os une más gente.

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  4. Paco, leí varios cuentos de Cortazar este verano, recuerdo especialmente ahora "Queremos tanto a Glenda", no sé cómo funcionaría en voz alta, lo veré. De Borges, qué vergüenza, no recuerdo cuentos. Tengo lagunas lectoras que son oceanos.

    JM, Chéjov me encanta, Rulfo tabmién y desde Stevenson (soy stevensoniana a muerte, realmente estoy enamorada de Stevenson, a qué negarlo), y Aldecoa, por supuesto, mira, tengo un libro de cuentos suyos a mano, uno gordo y muy grande. De Horacio Quiroga no he leído nada, ya es otro (con Nemirovski) que me descubres tú, a ver qué pasa. Olimpia se ha quedado sin su habitat natural según Gonzalo. Algún día el National Geographic hará un documental sobre Olimpia y el ecosistema guarro de mi Xara dorado. Un abrazo, haré lo posible por verte (veros) el 25.

    Masteatro... y tú ¿te animarías? Estás en MAdrid, ¿no? Venga, anímate...

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  5. Simplemente la sensación de veía...
    ya merece que te sumerjas en la lectura y disfrutes, Aurora.
    Saludos desde un Sur que ya va oliendo a azahar

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  6. Pienso en los abuelitos que conozco de la Resi y no sé... quizá algo más simple. O la simple sere yo. ¿Qué cara ponen ellos? ¿Escuchan?. No sé si me atrevería a volver. Lo pensaré.

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  7. Yo no sé que recomendarte, pero si recomiendo a mis amigos un blog que se llama "Máster en Nubes", que es fantástico. Despues de mi obligada ausencia ya me he puesto al día con todas tus entradas. Por cierto, en Sevilla está el tiempo un poquillo chunguillo.
    Un saludo Aurora.

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  8. Saludos desde Madrid nublado, Julio.

    Gracias, Lolo, no sé, vamos a ir viendo cómo marcha. Fue al revés, se añadieron varios, pero ya te contaré qué pasa el próximo jueves. Tenemos la competencia del bingo, a lo mejor cambiamos de día, tengo que hablarlo con Marta.

    Naranjito, gracias por tu visita y tus ánimos. El lector -siempre lo digo- es el bien más escaso, así que hay que cuidar a los que leen, en general, esto (que es una chorrada) o, ya puestos, los que leen en cualquier parte. Un abrazo.

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  9. En voz alta me gusta La tierra de Alvargonzalez, del insigne D. Antonio. El romance. Con ese tono trágico.

    Besotes!!!

    PD Bonito proyecto.

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  10. El otro día te dije que no había leído "¡Adiós Cordera!". Mentira. Ahora al leer tu blog me he dado cuenta de que lo leí hace tiempo, en el instituto hicimos un análisis intenso de él. Hubo un chico que se lo había descargado de internet, y todas las referencias a la Iglesia habían "desaparecido" misteriosamente en su versión...

    Yo tengo unas sugerencias, ya te diré. Cortázar, por supuesto, Carver me encanta, Amy Hempel, Chéjov, Salinger, y el otro día lei un cuento maravilloso de Palahniuk. Ahora mismo te voy a mandar (si lo encuentro) uno impresionante de Hempel, "En el cementerio donde está enterrado Al Johnson" para que lo leas.

    Un beso enorme!!

    Irene

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  11. Que tristeza, ser arrancado de tu hogar y llevada a una residencia, por muy grande y cara que sea.Pero, nos gusta creer que esos mayores están ahí " como en su casa". Se llenan de hijos y nietos los días de la madre, reyes y un rato en noche buena.Y se limpian conciencias.Y hablan de pájaros en un árbol...cuando esos mayores estan enjaulados.

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