miércoles, 29 de diciembre de 2010

Cada amanecer es un milagro



Plenas Navidades, recuperar el sueño natural, volver a dormir sin nada, esto es, a soñar como antes soñaba, es para dar gracias. Veo amanecer hoy y se me saltan las lágrimas, y eso que no estoy en el campo. Solo diviso el sol detrás del jardín del Olivar del Castillejo. Con él unas pequeñas nubes blancas que desaparecen al poco rato. La ciudad está hoy menos ruidosa aunque en Madrid hay demasiado ruido siempre. Desayuno un café rápido porque viene luego C. y lo haremos con calma.

Día de los inocentes ayer, caí en una pequeña inocentada. Me hizo gracia. Quizás soy inocente en algún sentido, más bien ingenua todo el tiempo y especialmente a ratos. Quisiera tener la piel fina, sea la de niña o la de anciana. Necesito una piel más fina para vivir y escribir. Tendré que buscar la hidratante adecuada, rosa mosqueta, aceite de jojoba o argán, vitamina C, mejor de herbolario. El principio activo es lo que cuenta, su concentración, me lo dijo una farmaceútica hace años. Pagamos a veces cifras exorbitantes por cosmética cuyo principio activo está en más alto porcentaje en otra crema sin marca, desconocida, y mucho más barata.

Recuerdo los atardeceres en el Boalo, la Maliciosa azul y fría, esa oscuridad de la noche sin farolas. La echo de menos. También al silencio, a la soledad, todo eso acrecentado o quizás solo sin amortiguación, como es a veces en el campo, a pelo, sin nada, o con mucha menos parafernalia. Como el sueño natural que viene o no viene, es corto o largo y, como es, debería bastarme.

La luz artificial tiene muchas ventajas, nos vemos y podemos seguir trabajando. A la vez hay algo que es extraño, lo dice la palabra: artificial. Compré ayer bombillas de bajo consumo, son caras, pero más cara va a ser la subida de la luz. Tengo que ser pragmática. Sigo preparando clases. "High Maintenance" está ya colgado aquí para quien le interese leer el relato de 5 cócteles con tequila y 2 coñacs solos, a palo. Desde aquí agradezco al Ayuntamiento de Coslada, a Beatriz, de la biblioteca, muy especialmente, y a la Asociación la Bufanda, su amabilidad, su acogida y, por supuesto, el accésit.

10 comentarios:

  1. Muchas gracias, Aurora. Lo leeré con interés.
    Besos.

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  2. Un cuento soberbio , Aurora.

    Felices fiestas.

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  3. Aurora, me ha encantado el cuento. Me ha gustado, sobre todo, el coñac. Así, a palo seco. Me gustan las cosas tal y como son, con su sabor fuerte, puro, sin camuflarlo.

    ¡Enhorabuena!

    Un beso

    Irene

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  4. Jm, gracias por estar ahí y aquí siempre, con las cosas de interés que tendrás que leer no sabes lo que lo agradezco. Os deseo un año 2011 con trabajo, salud y amor. Por el orden inverso, creo.

    JC, MUCHAS GRACIAS por tu lectura, con todo lo que hay que leer interesante que lo hayas leído me hace muchísima ilusión. Y que te haya gustado más casi. Lo paso muy bien escribiendo, pero que alguien lea y le guste me encanta. Y tengo que decir que lo necesito, de modo secundario pero lo necesito.

    Irene, hay personas que no necesitan mezclas, y pueden ser muy variadas... tanto como tú y el Señor Seener, no tenéis nada que ver ;-). La obsesión con las manchas del tipo no me digas que no es rara, ese modo de verlas y querer que desaparezcan, todo impoluto, limpio y exacto. Es como si le viera, Irene, paladeando el coñac y viendo las manchas...
    Un abrazo.

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  5. Es verdad cada amanecer es un milagro y distinto.

    Y nada más viejo que la luz que debían de dar las bombillas antiguas, las de antes de los años cincuenta.



    ¡Qué buena fortuna poder leer, ahora mismo, su High Maintenance!.

    Saludos.

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  6. Sr. G. de L., lo cierto es que la luz de estas bombillas de bajo consumo es bastante mortecina, tengo que comprarlas de las que son más cálidas. Gracias por su lectura, le digo como al resto, que habiendo tantas cosas que leer, que Vd. lea esto no sabe lo que se lo agradezco.

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  7. Floristería Azucena S.L.31 de diciembre de 2010, 14:38

    Le comunicamos que tenemos un encargo de flores para usted.
    Se lo vamos a enviar ¡peroyá!
    El cliente insiste en que se las entreguemos, aunque sean virtualmente.
    Así que tome:
    Una flor, dos flores, tres flores......, 36 flores.
    Tres docenas.
    Si las pone en agua con una aspirina, le durarán más.
    Y Feliz Año.
    Señora.

    El cliente es el Sr. Driver.

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  8. Si cada amanecer es un milagro (que lo es), cada año nuevo es una promesa de 365 milagros por estrenar.
    Que entre ellos haya muchos cuentos que contar y espacios felices que vivir.
    Un abrazo y feliz año nuevo, duquesa.

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  9. Muy bueno que lo hayas colgado. Lo imprimo y lo leo.
    Feliz año

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  10. Driver, eres genial, muchas gracias, las flores me han encantado.

    Olga, guapa, feliz año, un abrazo para tu familia, y muchísimas gracias por todo y siempre.

    Miguel, gracias, te lo agradezco en el alma, me hace mucha ilusión.

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