jueves, 9 de marzo de 2023

El mordisco y las "raras"

Mientras le daban los puntos Anita temblaba. 

Llevé a la perra al veterinario por la mañana, tenía que vacunarla. Con tan mala fortuna -mi perra es como Paco Martínez Soria, la ciudad no es para ella- que tuvimos que volver por la tarde. 

***


Estaba hablando con uno de mis hermanos. Anita andaba tan contenta por el descampado. Es amigable mi perra y nunca se pelea con nadie. Dos perros, quizás dos perras, se le acercaron y pensé, desde lejos, que era una simple escaramuza territorial. A veces sólo hace falta unos gruñidos y los perros se mantienen a distancia unos de otros, no hay que intervenir, hay que dejarles. 

Llegamos a casa y yo tenía cita con las chicas de oro, ni me di cuenta del mordisco, salí pitando. Al volver a casa vi la dentellada, unos 3 cm de piel y pelo levantado y sangre. Tuve que esperar a que abriera Joaquín por la tarde. 

Los puntos, antibióticos, un collar de esos como de los Austrias, taparle la herida con una camiseta. Para decir verdad no parece muy afectada .

***

Un día ayer para no oír nada. Hice mal en entrar a trapo, es perder el tiempo para nada. Pero no soporto la petardez del feminismo, el "yo también soy feminista", esa especie de marchamo hoy generalizado. Es una coartada, una declaración vacía, o peor, con un contenido de espanto. 

Hoy puedes ser feminista, ecologista, consumista, activista, materialista, el pack completo, un metoo de aceptar la agenda dominante sin poner en la más mínima duda el marco. El feminismo de las mechas balayage o de las californianas, todas las llevan, no hay quien no se tiña el pelo, no hay quien se atreva. 

Deberíamos dejar que se arreglaran entre ellas. O, como suele pasar, y la experiencia demuestra en tantos movimientos sociales, que se peguen entre ellas las dentelladas. Hay mucho trabajo para perder el tiempo con tanta plasta. Creo que hay estar en otro lado, no jugar con un tablero lleno de trampas. 

Pero no: hay tanto complejo, que se les sigue dando cancha. Quizás pensando que hay algo recuperable: ingenuidades. Pero sobre todo, y muy especialmente, hay caraduras. 

Sólo hace falta entrar en Linkedin -o ver la propaganda de todo el Ibex- para darse cuenta de que parte de "la carrera" es apuntarse "al morado".  Es como un epígrafe clave de los historiales profesionales para poder subir, progresar, para estar a la page.  Si te mueves fuera de ese marco, no existes, no sales. Automáticamente te descartas. Eres rara, no ya facha, que también: rara.

 Sic transit gloria mindundi.

No ser feminista es el nuevo punk. 


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