Acabó el verano de acogida con sus alegrías y su cansancio. El otoño se inicia con un bajón de ánimo. Santa paz, trabajo, dormir (intentarlo al menos) y pensar en silencio. Y sobre el silencio.
"Más bajo, por favor". Una petición para que el estruendo y ese runrún constante de la interrupción, no sólo sonora externa sino interna, deje paso a observar qué sucede.
Y suceden muchas cosas buenas.
Atenta a las vidas pequeñas.
Las de las niñas allá en Ucrania, tan lejos. A veces lo mejor que puedes hacer por alguien es rezar además de mandarles ropa, alimento, escribirles y agradecer a su madre su enorme sacrificio. Sé qué tiempo hace en Rokytne, cuándo llueve, como sé también el tiempo de Londres y Salamanca y de otros cuantos puntos geográficos estratégicos, allí donde tengo a gente que quiero.
Día 2 de los Santos Ángeles Custodios seguido del día 3, Día Mundial de las Aves. Va de aladas presencias, mensajeros de Dios ambos.
Y hoy San Francisco de Asís, il poverello. Más pequeño es más grande en el cielo.
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