Hemos pasado ya el ecuador de la Seminci y creo que Starbuck (2011), del canadiense Ken Scott, proyectada el martes dentro de la Sección Oficial, va a ser una de las favoritas para el premio del público. Para mí ya lo es desde luego. Para empezar tiene un guión verdaderamente envidiable, obra del director y de Martin Petit. Apuesto la cabeza a que Hollywood no tardará en comprar los derechos para un remake a la estadounidense, el tirón comercial de la historia es evidente.
Starbuck es el apodo bajo el que el protagonista, David Wosniak, donó esperma en su juventud. Éste, protagonizado por el actor Patrick Huard, que está genial, es un desastre de hombre que a sus cuarenta y dos años no acaba de sentar la cabeza. Entre otras cosas debe un montón de dinero a unos que le quieren partir las piernas. Trabaja con su padre y sus hermanos, carniceros, y no suele hacer nunca lo que debe, además de decidir siempre lo incorrecto. Tiene una novia que es policía con sus más y sus menos y que le comunica que está embarazada. En esto ,de repente, le dicen que, por un error de la clínica donde fue donante, es padre de 500 chicos de los cuales más de 100 quieren conocerle. Él se resiste incialmente. Así comienza una historia tronchante que podría haber sido una bobada y que es francamente seria precisamente por ser una muy buena comedia.
Hay diálogos de antología, como los que mantiene David con su abogado o con su novia en el parque (“Pero ¿cómo voy a ser madre si ya tengo ganas de darle una colleja?”)y escenas memorables con varios de sus hijos a quienes no revela su identidad pero a los que pretende tutelar como un ángel. Naturalmente tiene de todo: hijos “con éxito” y sin él, góticos, futbolistas, cantantes de metro, vigilantes de piscina, gays, etc. Por todos siente ternura como un padre siente y les apoya también como un buen padre nos apoya: incondicionalmente. Todo esto sin decir quién es, encantado con su nuevo papel mientras su abogado está horrrizado.También algún hijo le pone a 100 como a veces pasa. De romántica la paternidad no tiene nada y esta película también lo trata con cierta guasa. Mientras tanto a presión de los medios se dispara al preparase el juicio para revelar o no la identidad de Starbuck. Y hasta aquí se cuenta.
Ser padre, ejercer la paternidad más bien, no es ninguna bicoca. Tampoco una cuestión meramente biológica aunque la biología algo cuente. Esta historia, que maneja muy sabiamente el humor y los momentos levemente dramáticos, es una película muy divertida que emociona y hace pensar sobre la paternidad y sobre el regalo de cada vida humana. Cada ser humano es un don irrepetible. Con cada uno se rompe el molde. Y es por eso altamente recomendable para todo tipo de público que quiera pasar 108 minutos estupendos. Se estrenará en España en febrero o marzo, quizás para el día del padre.
PS: Entrevisté a Ken Scott, el director y guionista, un encanto. Lo contaré en Culturamas un día de estos.
Tiene una estupenda pinta y el tema nos interesa a todos, seamos padres o no ¿vedad?
ResponderEliminarYa estamos en casita, ahora mucha tranquilidad, que Juan ha vuelto un poco anémico y no le conviene moverse demasiado.
Besotes y gracias por tu llamada del otro día.
Tiene buena pinta, aunque sólo voy al cine para ver cine infantil (servidumbres de la paternidad), por lo que tendré que esperar a su salida en DVD.
ResponderEliminarPor hacer una porra, me apunto a que la versión americana la protagoniza Adam Sandler.
Saludos.
Me apetece muchísimo verla. Uno siempre duda sobre si lo hace bien o mal, es un tema que me ocupa y preocupa (como sabes). NO estará nada mal ver una peli donde parecen tratar el tema con sentido del humor e inteligencia. El planteamiento inicial, tan chocante, puede dar muchísimo juego. ¿Cómo asumir la paternidad de tanto hijo? ¿Cómo desvincularse del todo una vez que lo sabes? Interesante...
ResponderEliminarUn tema que me apasiona... por lo que no sé cuánto tardaré en verla.
ResponderEliminarVoy a poner una carita de ésas con guiño ;)
Un abrazo, Aurora.
Aurora, me has hecho pensar. ¿Ciento y pico de criaturas como yo?. Creo que la humanidad no se lo merece. Pero bueno, los yankis lo remediaran con el Adam Sandler (como dice Sombras Chinescas)o peor aún con Jim Carrey. Haber si la estrenan en España y me escapo a verla.
ResponderEliminarUn saludo.
Hace mucho que no escribes, Aurora. Espero que sea por una circunstancia alegre.
ResponderEliminarHola Aurora!
ResponderEliminarMe he acordado de tu post al leer esta noticia:
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/12/19/noticias/1324319890.html
¡Ay Jesús, hay gente pa tó!
Espero q estés bien,
Feliz Navidad y los mejores deseos para el 2012!
A todos: muchas gracias por leer y comentar. He tenido lío en los últimos meses, sin tiempo y con cambios, a ver si puedo atender escritura en el blog y fuera de él, a dos manos es difícil a veces, pero no quiero dejar la bitácora, me da otro "tacto".
ResponderEliminarJC, los DVD salen a una velocidad pasmosa, de acuerdo con lo de Sandler, está cantado.
Olga, pues sí, a mí de la película me gusta el amor incondicional ese de los padres, el estar al lado pase lo que pase.
Lolo: lo de las caritas es ya casi automático, un abrazo.
Naranjito, sí, pasa como Tres hombres y un biberón, por ejemplo, la versión francesa original medida, la americana demasiado dulce... Veremos qué pasa.
Jaime: alegre en parte y en otra pequeña preocupante, digamos que amor 10 trabajo 2, pero remontaremos. Nunca llovió que no escampara.
Elena, gracias y felices Navidades.
Bueno, a ver si vuelvo con constancia. Gracias y perdón a todos por no contestar, he estado desbordada.