Amargo limón, pero luego no tan amargo. Abrir un limón y chuparlo, da grima y a la vez atrae.
Zumo de limón en la ensalada en vez de vinagre.
Zumo de limón siempre para que no se oxiden tan rápido las manzanas cortadas.
Granizado de limón: mucho hielo picado y antes poco azucar con el zumo, mejor azucar moreno y un chorrito de alcohol, un suspiro de nada. Del granizado al sorbete hay un paso.
El sabor del limón en el gin tonic en el porche de alguien.
Helado de limón, leche ideal batida hasta que se triplique el volumen, luego se añade zumo de limón y azucar, y la ralladura, que no falte.
La ralladura de un limón tiene el sabor más pausado del limón, sin ese amargor del zumo.
Cáscaras de limón hervidas en la leche para la crema pastelera. Siempre con cuidado, si cae una gota de líquido se corta la leche y no se hace.
¡Qué hambre a estas horas de la mañana, recién llegado del trabajo!... Creo que voy a desayunar algo de limón antes de acostarme.
ResponderEliminarMe pido para mí ese limón en el gin tonic....es algo temprano para tomar uno ahora, no?
ResponderEliminarBesos.
deliciosa, aunque amarga, entrada.
ResponderEliminarun abrazo.
En efecto, se da la paradoja de que, aunque sea una fruta invernal, como todos los cítricos, su sabor hace evocar el verano.
ResponderEliminarSaludos.
Así me gusta, Javier, sosteniendo el país hasta en verano. Un abrazo.
ResponderEliminarJuanma, ahora he visto que ponen lima, es bonito, pero sabe distinto. Un abrazo.
JM, pero el color ¿Qué me dices de ese amarillo? Un abrazo.
Sombras, sí, eso me pasa, lo del agua de limón no sé si solo se toma en mi casa, supongo que no ¿no?
Gracias a todos por leer hasta en verano, día hoy caluroso hasta en Valladolid.