Pintaba el otro día una vecina de Boecillo la puerta de su patio de ese verde. Nosotros tenemos la del palomar así, en negro en cambio el portón que da a la calle. Lo miré dos veces. Hay que pintarlo ya, el negro deja paso al óxido que avanza. Hace feo, dejado.
Consultaré a mis hermanos, pero me gustaría que fuera ese verde brillante y optimista que recuerda a la primavera.
Conozco esos mismos colores, aunque no viva en Castilla.
ResponderEliminarSaludos, Aurora
Es un verde muy extendido, tienes razón. Saludos, José Luis. Gracias por leer.
ResponderEliminarSi necesitas un voto con tus hermanos cuenta conmigo. Gracias por llamar al verde brillante y optimista, es un piropo que me satisface.
ResponderEliminarHermosa evocación, Aurora, y hermoso color.
ResponderEliminarAnónimo, cuento con tu voto, el tema más gordo es pintarlo, ejem... (primero la pintura del óxido, luego el verde, una tarea, ¿sabes?)
ResponderEliminarJM, en Castilla la nueva los he visto azuels, hay un azul muy bonito también de pueblo. En Andalucía creo que se lleva también el verde, ¿no? Un abrazo, cortapelos...
En Sevilla se llama precisamente "verde mayo"
ResponderEliminarQuerida Aurora, en casa de mis abuelos se pintaban de verde las barandillas de las ventanas, pero solo las del patio interior, donde colocaban las macetas. Lo que si coincide es el tono de verde.
ResponderEliminarUn caluroso, muy caluroso, saludo.
Nunca me había fijado, pero es verdad que ese verde color corral de Castilla es muy sugerente
ResponderEliminarLos grandes portalones de nuestros pueblos deberían ser conservados a toda costa. Ahora hay una tendencia a ponerlos de feísima chapa plegada.
ResponderEliminarMi abuelo tenía un cortijo blanqueado, con puertas y postigos verdes. Entre los montes pardos de Sierra Morena, con un fondo de rebaños y perros dormitando bajo las encinas.
ResponderEliminarBien sabe Dios que así era: una vivencia muy española y antigua que tuve la fortuna de conocer.
Saludos doña Aurora.
En mi lejana Castilla a esas puertas se les llama "traseras", con el recio maderamen del dintel bien encajado en el adobe. A ese color, en verano, le hiere un sol seco, duro y como empolvado de la cosecha del trigo, y a medida que va cayendo la tarde las sombras que le invaden se van volviendo más y más frescas. Y yo voy contando los días que me quedan...
ResponderEliminarPues sí, anónimo es verde de mayo, verde mayo.
ResponderEliminarBonito lo que cuentas, Naranjito. Gracias por leer.
Miguel, hay verdes en Castilla a pesar de lo que dicen. Gracias por la visita, te hago en Madrid todavía...
Jesús, tienes razón, la chapa esa es horrorosa, pero más horrorosos son otros materiales. Miro los estanques de distinta manera desde tu entrada...
Qué bonita estamapa, Retablo, mi perra también duerme... Gracias por la visita.
Juan, gracias, pues eso, que quedan pocos. Gracias por la visita.
Por alguna arcana razón, todas las puertas carreteras son de ese color. Supongo que el que venda esa pintura debe estar forrado.
ResponderEliminarSaludos.
Pues sí, es un misterio, pero en La mancha hay un azul precioso con el que pintan algunas puertas de casas
ResponderEliminarDe este verde era la puerta de la huerta en la casa de Noja.
ResponderEliminarCuando la cambió mi padre la puso de teca y nos dió pena tapar la veta, tan bonita, pero ahora, que se ha podrido nos la han colocado pintada de un color caca de niño que tengo que pintar en Agosto, sí o sí.
Pensaba hacerlo en marrón oscuro, pero me has hecho dudar. Al fin y al cabo Cantabria, de soltera Santander, ha sido mucho tiempo Castilla la Vieja.
Otro voto más para el verde mayo.
Besotes!!!