viernes, 21 de enero de 2011
Amigas de colegio (el brasero en invierno)
Hace unos meses entré en una tienda. Una señora muy mona se probaba algo. Nos miramos y, zas, nos reconocimos al momento. Era Mariángeles, antigua compañera de colegio, en cuya casa jugábamos a las tinieblas de pequeñas. Nos abrazamos con cariño, pasamos revista rápidamente a cómo nos iba y quedamos en que sin falta nos teníamos que ver. Ella llamó a Patricia, Marta, Isabel, Mila, Cristina y Sonsoles. Yo me encargué de otra Marta y María, con quienes no he perdido el contacto aunque, ay, nos vemos poco. Así que ayer fue, a pesar de otros temas, un día estupendo gracias a la reunión "del día 20 a las 20". Lo vamos a repetir en breve (Beatriz, te esperamos, y a más, ojalá...).
Para empezar, vinieron cargadas de un excelente vino, no menos buenos libros y otros regalos (copas, abrebotellas, cholatinas envueltas en papel con mi foto del blog, en plan Warhol, un detalle que te mueres, gracias, Cristina) . Para seguir, trajeron muchas risas sobre nuestra infancia que recordamos como una etapa preciosa, tanto por el cariño y dedicación de nuestros padres como por lo bien que lo pasábamos en general y también en el colegio Montealto. Todas coincidimos en que fuimos muy felices aquellos años. Recordamos también algunos apuros con las clases de latín y los exámenes. El "loco superior" no era tal, sino "un lugar desde lo alto"… Gracias a Sonsoles, que luego estudió Clásicas, aprobamos muchas. Uf, solo pensar en volver a hacer la EGB y el BUP tiemblo. Hicimos memoria de algunos viajes y del pabellón aquel abierto, modernísimo, donde tuvimos las clases a partir de los 70. Y, por supuesto, las profesoras: ellas son imborrables.
Es curioso, porque ningún catedrático o profesor de la universidad se me ha grabado en la memoria de esa manera. En cambio, tanto mis compañeras como yo seguimos recordando a Pili Martín Lobo, Ana Ruiz Caro, Pilar Benegas, Valery Douglas, Amelia Aller, Juli Mayor, Sara Valdés, Rosario Araneta, Belén Amuchástegui, Ana y un larguísimo etcétera a quienes estaremos eternamente agradecidas. La verdad es que éramos bastante buenas a pesar de las gamberradas que pudimos hacer, todas de una inocencia impresionante cuando las miras treinta y tantos (ejem...) años más tarde.
Fue una gran alegría estar juntas, reencontrarnos y saber que nos seguimos riendo por las mismas bobadas y por algunas nuevas. Y que, a pesar de la que está cayendo (quizás por eso), tenemos todavía mucho por lo que reírnos y queremos además hacerlo.
El tiempo ha pasado con todo lo que conlleva. No han faltado alegrías, tampoco tristezas. Pero como un brasero calentito, ahora que el frío arrecia, queda nuestra infancia, un regalo siempre. No hicimos nada por tener ese calor. Todo aquello se nos dio gratuitamente, blando mundo de inconsciencia gracias a nuestros padres, mantenido por ellos como pudieron. Fuimos niñas muy afortunadas y, por eso, hoy mujeres que echando la vista atrás se saben con mucha, muchísima suerte.
“Señorita, señorita… ¿puedo salir al cuarto de baño?, es que...” El babi azul de cuadritos, la cara de preocupación, ¿y si me hacía pis en clase?, ¡Qué vergüenza! “Bueno, vale, pero no te distraigas....” Y allí ibas a hacer pis, a toda mecha, a aquel cuarto de baño helador donde algunas fumaban a escondidas. Naturalmente ayer fumaron. Me lo preguntaron muy educadas y dije que faltaría menos, vamos.
PS: Los cuadros de esta entrada son de Mila Arizón, que vino desde Huesca donde vive en el campo y donde junto a su marido ha criado niños -ya casi ha completado esta fase- y ovejas y pollos.
Muy certero lo que cuentas de la infancia, Aurora, y muy bonitos esos cuadros.
ResponderEliminarBesos.
No sé por qué será pero yo también tengo muchos más recuerdos de mis profes del cole que de los de la universidad.
ResponderEliminarUn placer haber vuelto por aquí.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
No me cabe duda: siempre fuiste buena
ResponderEliminarUn besote, Aurora
JM, gracias, no sabes la envidia que me dio Mila viviendo en el campo, así pinta ella de bien esas flores. Un abrazo.
ResponderEliminarMasteatro, por lo visto pasa bastante, oye ¿alguna recomendación? Voy a ver... gracias por tu visita siempre.
Gracias, Sonrisa, bienvenido de vuelta.
J., qué más quisiera. Un abrazo, pena que no podré ir este mes.
Buceando en internet he caido aquí. Yo tambien fui montealtina, ¡¡que recuerdos más maravillosos!! yo era de la promoción de elena arizón, hermana de Mila, y me dieron clase todas las profesoras de las que hablas...
ResponderEliminarGracias por tu visita. Es una suerte haberlo pasado tan bien de pequeña y haber tenido profesoras tan buenas.
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