Llego al portal buscando más que nada el fresco. Jesús, ¡qué calor tengo!, ¿por qué me puse cuello vuelto?
Me río con los pastores. Lloro con San José. Y acabo discutiendo con los reyes en plena Nochebuena.
Le pregunto a María que si ella pasó por esto, (14 + 33, hago cuentas).
El niño Jesús mientras tanto se divierte con mis vaivenes.
Arriba y abajo. Aserrín, aserrán. Ea, ea, ea. Como si te meciera por dentro. Tú siempre en mi cuna. Y que todo lo demás se mueva.
Vaya, Aurora, genio y figura hasta en el portal de Belén. Feliz Navidad para ti, y tu familia. La Quequi ya hablará por si misma.
ResponderEliminarEs una noche de recuerdos, querida Aurora, pero que la alegría del Nacimiento se imponga sobre la melancolía.
Abrazos y besos.
¡Enhorabuena! ¡Y muy feliz Navidad!
ResponderEliminarGracias, JM, un abrazo a los tres. La alegría se impuso.
ResponderEliminarÁngel, gracias, felices Navidades allá por Compostela. Este año al camino otra vez, lo haré en abril de nuevo.