miércoles, 8 de septiembre de 2010
A mano y al aire libre (Expuesta)
Comenté hace meses a José Julio Perlado que yo escribía casi siempre en ordenador. Él me contó que lo hacía a mano primero. Le dije que yo llevaba en el bolso un cuaderno para tomar notas, pero que luego escribir un texto era algo muy ligado a la tecla, a Word, quizás por deformación profesional. Decidí cambiar y explorar este verano: si mi maestro lo hacía así, ¿por qué no probarlo yo? Mi hermano Juan y otros amigos me contaron que el ritmo se hace diferente, el roce del lápiz, por ejemplo, en el papel implica otro modo de contar a veces.
Sin borrón y cuenta nueva, porque sigo con el ordenador, experimenté. Escribí de todos los modos posibles. En servilletas que guardé. En un cuaderno rojo, en otro verde, en uno naranja y otro azul (uno de cada he gastado casi), con espiral y sin ella, de cuadritos y de líneas, de páginas totalmente blancas, de los nuevos, de los ya usados y viejísimos de mi padre de los años 60. También en las páginas de atrás sin utilizar de documentos, en las pruebas de mi libro, en informes serios de mi trabajo. Hice un reciclaje intenso dando una doble vida, triple a veces. Mezclé previsiones financieras y listas de cosas que hacer con la escritura nueva y la antigua ya impresa. Lápiz, bolígrafo, pluma, hasta un lápiz de ojos que tengo bien afilado, el de labios sólo sirve para palabras cortas y concretas. Esperanza, caligrafista en Urueña, me enseñó otro mundo nuevo para mí, muy lento. La o en dos trazos es la base de muchas otras letras. A veces sólo hay que hacer o, o, o, o, o, una mañana. No pasa nada. La o sale tras varias horas y te puedes poner con otra letra.
No tengo manías ni obsesiones con los objetos, no me agarro a ellos, y aunque el pilot es mi preferido, me da igual que sea un bic o una pluma buena, como me es indiferente un cuaderno de niño o uno de esos preciosos forrados de papel de aguas veneciano por dentro. Ahora he descubierto que cuanto más escribo a mano donde sea, más me divierto. El ordenador además no me deja hacerlo al aire libre, el sol se refleja. Y es estupendo estar tirada en la hierba, sentada en un escalón, a la orilla de un río o en plena naturaleza y escribir, escribir, escribir.
Solo quiero escribir a veces, es una necesidad. El resto, lo que sea, puede esperar, y de hecho espera.
Antes sólo cogía papel para apuntes o para poemas, a pesar de que me han dicho que no escriba poemas, que no son buenos. Hasta los márgenes de una guía de carreteras fueron un día el soporte en una gasolinera, no tenía nada a mano, paré el coche para escribir, se me iba la idea. Pero en estos momentos estoy pensando escribir sin necesidad alguna -me sobra papel- unos cuentos a mano en los post it que voy metiendo en las páginas de esa guía, relatos hiperbreves. ¿Podré hacerlo? “Guía de carreteras”, cada cuento un número con el mapa correspondiente…
Estoy guardando cuadernos, papeles sueltos, las fotocopias recicladas por la parte trasera, servilletas, post it, y, cuando pueda, lo voy a clasificar por proyectos y temas, o los colocaré en un armario desastre que tengo.
Me enfrento casi a diario al ordenador, que es una máquina limitada, fría y estupenda, pero no la panacea. Es muy peligrosa para mí si la uso en exceso en primera escritura, no cuando estoy corrigiendo. El ordenador me parece mejor a veces para pasar a limpio y corregir luego o para el blog, que es una escritura que hago casi inmediata, sin pensar siquiera, con algunas excepciones puntuales. La entrada diaria que he mantenido meses no podía ser de otro modo: rápida, fulminante y de un tirón, ea.
La bitácora es importante, me gusta y me divierte, pero se va convirtiendo en una parte más pequeña de lo que voy escribiendo, un instrumento de un tipo de escritura expuesta en cierto sentido, de pruebas iniciales que a menudo escondo luego y que sigo por mi cuenta, de relación con personas, de muchas alegrías. Pero hay otra carne en el asador que se está haciendo fuera a un fuego más lento, más trabajoso y solitario, expuesta a un sol más fuerte o al frío, o al viento. Expuesta de otra manera.
Hola, Aurora,hoy he desayunado contigo, me encontré en la cocina el portatil de mi hija y pensé...¿con quién mejor?. No sé manejarlo muy bién así es que si me equivoco, equivocado queda.
ResponderEliminarY voy a lo que íva,con respecto a escribirlo todo en cualquier papel, yo, de siempre, de toda la vida, lo he escrito todo en cualquier sitio y lugar y por lo visto es una buena terapia, ahora lo mandan hacer los psicólogos. ¡y yo sin saberlo!, será por éso que estando tan perdida, a veces, encontré mi camino, sin ayuda de ninguno.
Lo mío, también son los "bolis" y no somos únicas, ya le escuché decir, en entrevistas, a más de un escritor, que lo escriben todo a mano y luego, éllos o alguien se los pasa.
No soy escritora, ní pretendo serlo, pero seguiré escribiendo, aunque sólo séa por no ir al psicólogo. Saludos.
Siempre está bien cambiar y probar nuevas técnicas, para desaturarte de la rutina y de lo que estás acostumbrada... yo siempre escribo a mano. Procuro hacerlo en un mismo cuaderno, porque con lo caótica que soy si lo hiciera sobre papeles sueltos los perdería todos :)
ResponderEliminarAl final, da igual como lo hagas, ¡lo que importa es que no dejes de hacerlo!
Un beso,
Irene
Pues yo, desde que lo descubrí, ordenador siempre. Me facilita una escritura rápida, que es la que yo quiero, con la que mejor me manejo. Tengo, por otra parte, una letruja impresentable. Precisamente por ello mismo, supongo.
ResponderEliminarEn verdad, casi que el único uso que le doy al ordenador es el de una máquina de escribir moderna.
Besos.
Qué ilusión me ha hecho lo del desayuno, me ha emocionado estar con el cola cao y contigo en tu mesa ;-) Impresiones... Lo de escribir es apasionante, no sabía lo de los psicológos tampoco, seguro que es bueno, yo creo que escribir, y leer, son dos actividades que cualquiera debe hacer, emprender, es siempre bueno. Me gusta que me cuentes que tú también vas con los papelillos y bolis...
ResponderEliminarIrene, tienes razón, quizás fuera mejor tener un solo cuaderno, pero a veces es aquí te pillo aquí te mato... ;-) Tenemos que vernos con tu amiga pianista, por favor...
Juanma, con permiso, pues tú pareces muy "depurado" para lo de la escritura rápida que dices, me dejas de piedra. Yo tengo que luchar contra la rapidez y la fluidez precisamente, son a la vez creo que un activo y un enemigo constante en mi caso. Por eso la mano, a mano, es mejor, por ser más lenta. Me encanta que me cuentes cómo lo haces tú, es interesante ver que gente que tú piensas que se pasa horas corrigiendo... (con una prosa tan depurada luego, tan buena) le sale así, en plan fulminante. Da complejo, pero es bueno...
Gracias en general a los que leen lo que escribo y a los que comentan, anima mucho. Aunque escribir, solo escribir, es ya mucha recompensa.
A veces es tan importante la escritura que da igual lo que se escriba. Si es a mano y con un buen instrumento, que haga disfrutar, lo mismo daría estar haciendo caligrafía o jugar a las palabras, despacio, de una en una.
ResponderEliminarAl aire libre ya debe ser la bomba.
Qué bien, Aurora.
Querida Aurora: yo me sorprendía de los viejos que llevan un boli en el bolsillo, y ahora me veo llevando uno, un poco escondido, no soy tan viejo, para apuntar ideas. Me quedan años luz para hacerlo como lo haces tú. Pero es un gustazo aprender y conocer las "técnicas" y lo maravillosamente bien que haces tus escritos. Gracias Maestra y sigo besando tu mano si me lo permites.
ResponderEliminarQuerida Aurora, yo tengo una libreta donde me gusta escribir primero mis poemas. Para el blog, sin embargo, prefiero sentarme delante sin preparar y escribir directamente. Son cosas compatibles estos tipos de escritura, y creo que tú lo demuestras perfectamente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo creo que al final cada uno acaba escribiendo de la manera en que se siente más cómodo. Pero para llegar ahí seguramente hemos experimentado antes todas las formas posibles de escritura, (como si la inspiración nos esperase entre los dedos en forma de bolígrafo o apareciese tras la pantalla de un ordenador). Pero es cierto, o al menos a mí me pasa, que cuando escribo cuentos o novelas (es decir, escritos con vocación de permanencia) sólo puedo hacerlo con papel y bolígrafo; y en cambio cuando tengo que publicar una entrada en mi blog (que son textos más volubles) lo hago siempre directamente en el ordenador... ¿Por qué? Pues no lo sé, Aurora. Sólo espero que Freud no me dé la respuesta.
ResponderEliminarUn abrazo
Lolo, necesito el aire libre. Un beso.
ResponderEliminarNaranjito, Máster en nubes no significa maestra para nada y en nada, sino que me he matriculado en un curso (máster) de observación de nubes... (a eso querría dedicarme, la expresión de "Máster en nubes" es de Manu Leguineche, de un libro suyo, cuando se retiró a Guadalajara). Yo a Vd. le doy un abrazo.
JM, nos parecemos en eso, creo. Pero la escritura de fondo fuera es agotadora, la larga digo, la de novela, estoy que no puedo a veces...
Javier, sí y no, a veces pruebo algo en el blog y luego me doy cuenta que es el germen de algo que debe crecer fuera, lo saco, lo duermo y sigo. Tú tienes algo que admiro muchísimo, y es que cada párrafo de "Las identidades veladas" se nota que está hecho al milímetro, pensadísimo, sacas una palabra y no funcionaría, está perfecto... Por cierto, leí a Poe este verano, ya te contaré...
Aurora, te agradezco mucho la deferencia al citarme.
ResponderEliminarCreo que de vez en cuando hay que alejarse de la pantalla y tomar la pluma y el cuaderno y escuchar la música del estilo, que es distinta sobre el papel.
Muchos escritores han confesado que en la pantalla escriben de otra forma, no sé si mejor o peor, pero creo que en ambos sitios - la página del cuaderno y la superficie de la pantalla - hasta las correcciones son distintas.
De todas formas..¡ viva la libertad!
Saludos
JJP
Supongo que me sale rápido la vena tecnológica, pero no pienso renunciar al ordenador para escribir, como no renunciaría a la luz eléctrica o al agua corriente para la vida diaria.
ResponderEliminarSupongo que lo de escribir en una libreta es más romántico, pero no te permite reordenar párrafos, buscar repeticiones, y un largo etcétera de útiles gadgets que nos proporciona el procesador de textos.
Saludos.
José Julio, a mi me ha servido mucho intentar escribir a mano en el cuaderno textos enteros, largos, no sólo notas, sin dejar de lado el ordenador, claro. Sigo con él, para primera escritura a veces o para pasar a limpio otras cosas, y para corregir, desde luego ordenador, es más fácil...
ResponderEliminarMe da otro ritmo la mano, muchas gracias por la sugerencia que me hiciste hace tiempo.
Juan Carlos, no renuncio a él, pero en cada caso supongo que el escribir a mano puede proporcionar algo. En el mío era luchar contra la fluidez excesiva, lo fulminante, el "demasiado" en todo, sobra la mitad a veces de todo ... es para ser más lenta, m´s concisa, más pausada, eso, en ordenador, me cuesta más, voy a todo trapo. A mano pienso un poco más antes de escribir.