Hay muchos placeres en esta vida, pero en estos momentos estoy dedicada a uno apasionante: eliminar papeles virtuales, tirar. Ya sé que no ocupan espacio, pero es igual, acaban molestando. Y da gusto que las cuentas de correo se queden en cueros, es por lo primero que he empezado.
Tenía alertas a rebosar, suscripciones, novedades, noticias y mensajes que ni siquiera leía y que no mataba (sí, es matar el verbo apropiado) o, al menos, colocaba por separado, cada uno en su carpeta. No puedo ni decir el número de mensajes sin abrir, superan las cuatro cifras con creces, a las cinco llegan entre todas las cuentas que tengo. Así que, para empezar, me he dado de baja del 90% de lo que estaba suscrita y no quiero recibir. Si en un año no he leído tantas cosas que me mandan, asumo que no lo voy a leer en los próximos meses. Luego he ido matando a una velocidad pasmosa y alegre, me he ido entusiasmando a medida que avanzaba, cada vez más contenta. Al final ya he decidido matar todo –y todo es todo- lo que tenía más de dos meses, nada, ni leerlos. Si no lo hice en su día o los archivé ¿a qué leerlos o guardarlos ahora? No tengo tiempo para el pasado, necesito tiempo para el presente, es un tema de simple supervivencia, de sostenibilidad humana, por cierto.
Ahora me siento muy ligera. Es como empezar de nuevo, sin miedo, lo importante, si lo hay, está en la cabeza (o en el ordenador, espero), el resto ha muerto. Cero correos nuevos o sin abrir, todos los que están ordenados, cuentas sin pasado apenas, salvo lo que tengo entre manos de clases y trabajo reciente.
Mañana empezaré con la realidad, con los papeles materiales, impresos, y no voy a dejar títere con cabeza salvo lo que Hacienda ordena, claro. Aunque lo cierto es que necesitaré varios días ¡la que me espera! Podría montar una hoguera de San Juan que iluminase medio Madrid. ¡Y qué ganas me entran! Y la semana que viene voy a ordenar los archivos de los dos portátiles, que dan miedo, y la otra el armario de ropa, a seguir tirando sin miedo, necesito ver el fondo y tantas cosas, sean virtuales o reales, no me dejan: fuera con ellas, no las necesito, no las quiero y ocupan espacio en algún lugar, el que sea. Y eso que en las mudanzas o con los cambios de ordenador se elimina mucho y yo llevo dos de los dos en año y medio.
Más madera, que es la guerra. Voy a cenar y a coger fuerzas. Las necesito.
Sin ese orden no puedo escribir lo que quiero, va unido, nuevo orden, fuera y dentro, realidad y ficción. Tarde de orden, buena mañana de escritura.
Ese "nuevo orden" te ha invadido;-)
ResponderEliminarEso es bueno, es que lo estás viviendo y escribiendo... pero no te vuelvas loca, que eso de tirar tiene un no sé qué de fiebre que no para de arder hasta que algo no tiene remedio, jeje.
Suerte con todo ese trabajo. Son unas fechas perfectas, además, para hacer una hoguera con todo lo viejo y dejar que lo nuevo viva su orden, tenga su verano.
Abrazos solidarios (ay, parezco una ONG;-)
Miedo me da leerte, Aurora. Espero que no hagas ningún cambio con respecto a Olimpia.
ResponderEliminarSaluditos.
Olga, lo que me vuelvo es loca si no tiro y no ordeno. Necesito orden y concierto por fuera y por dentro, estoy en ello. Y amor. Tú oenegenera y yo como la Gemio, de verdad, hala, buenas noches que estoy que me duermo.
ResponderEliminarQuequi, no, no...
ResponderEliminarVerás, es que son las cosas que ocupan espacio mental o por fuera las que no dejan ver a los seres vivos, animales o personas, a veces hay que limpiar no sólo para escribir... para ver mejor ¿sabes?
Cambios con los seres que me rodean ni uno, por Dios, es al revés, las cosas fuera, sobran muchas cosas, mucho ruido, necesito silencio...
Y en mi corto entender, lo que quieres es borrar el pasado y eso tu sabes que no puede ser, quizás lo que estás buscando es un papel perdido, un poema, un abrazo o un beso sincero, más dificil aún.
ResponderEliminarHacienda somos todos y ¿a esos te sometes?¿a tantos?
Tuviste ocasión de escoger, como todos, así que escoge, cercena, criba, pero no quemes que el fuego purifica pero duele.
Te deso lo mejor para ti.
En mi tierra cuando niños, nos decian que el que encendiera fuego se hacia pis en la cama, ahora se que es mentira, pero dormir tranquilo no podia ser posible, buen medicamento para mentes inocentes.
GRAND-PÈRE
que me contagio
ResponderEliminarquiero tirar... yo también lo necesito
y no es ficción.
Eso es algo que vengo queriendo hacer desde hace tiempo. De todos modos, he de reconocer que estos papeles electrónicos no me molestan tanto. Lo que me agobia realmente son las montañas de papel. Afortunadamente, con los ordenadores cada vez hay menos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Felicidades,
ResponderEliminara mi paso hace varios días, tirar por la ventanas papeles, es decir mensajes, correos que no se leen, que no sirven para nada; y cuánta alegría; ufff y cuánto trabajo cuesta llevarlo a cabo. Pero cuando te pones plaf en un santiamén lo tienes resuelto, todo a la papelera.
Y
es como una liberación, como si antes estuviera atado a una cadena de papeles y ahora disfrutas de nuevo el aire pero con más ganas que corre por las calles, por el campo, por las plazas.
Felicidades.
Saludos
Anónimo, creo que no es eso, si me permites.
ResponderEliminarEs que corro mucho y produzco demasiado (de lo bueno y de lo malo ;-), estoy en demasiados frentes, en demasiadas cosas y no me paro y limpio y ordeno, entro una vorágine, la que sea, y no me doy cuenta de que a veces hay que pararse, limpiar la tierra y dejarla en barbecho ;-) un rato.
Respecto al pasado, cercano o lejano, me gusta, no tengo cuentas que rendir en nada, ni arrepentimientos, ni culpas, las que tuve o tengo ya están saldadas, espero y confío.
Y perdona, pero a mí, que yo sepa, no me ha dado nadie ni un abrazo falso ni un beso mentiroso. Esa suerte he tenido. No ha sido mérito, es haber dado siempre en buenas manos, fíjate qué gusto.
Tu comentario sobre Hacienda me hace recordar mucho a alguien al que quise unn rato largo;-). Pero yo pago mis impuestos, de igual forma que me paro en los semáforos en rojo o no me subo a las torres de bomberos en mitad del campo.
Un abrazo, seas quien seas.
Lolo, es contagioso pero sano. Y si tienes casa pequeña... necesario además (lo de tu "reforma protestante" miedo me da, eso sí que es meterse ... en cosas grandes).
ResponderEliminarRidao, tienes pinta de ordenado -yo también sé hacer pareados, para que veas... ;-)
ResponderEliminarEl papel ocupa espacio físico y mental, y lo virtual ocupa también espacio mental a veces. No sé, quizá yo es que me hago esa idea falsa. Un abrazo.
Ramón, ahí es, es un tema de libertad, a más lígera, más libre. Y los papeles atan... mentalmente. La política de mesas limpias en algunas empresas tiene su sentido- A veces te das cuenta que darías un pie por moverte con un papel y un lápiz, los ojos, las manos y ya.
ResponderEliminarEl aforismo final me encanta. Yo llevo años queriendo hacerlo, pero cada vez que lo intento, no doy con los criterios adecuados. Con tu permiso, hablaré de esto mañana.
ResponderEliminarDura tarea, Aurora. Creo que lo interesante es no eliminar a los amigos virtuales o virtuosos.
ResponderEliminarUn abrazo, Jesús, ¿te pasa lo mismo, sin orden te es más difícil escribir? Luego está el silencio, a veces se quiere... y otras en mitad de gente que entra y sale se escribe mejor, acompañada.
ResponderEliminarJulio, de ninguna manera, amigos virtuales -pocos, yo veo la cara si puedo siempre-, virtuosos y hasta con sus defectos ahí están, espero. Yo estoy también, lo intento. Un abrazo.
No veas lo bien que me ha quedado yo en ese sentido después del cambio a Mac. El ordenador limpito de polvo y paja... ¡Qué gusto!
ResponderEliminarBesos.