viernes, 16 de octubre de 2009
Azofra - Santo Domingo de la Calzada (final)
El último día de andar. No es mucho hoy, apenas dieciséis kilómetros.
Fantástico albergue el de Azofra, creo que tiene una treinta y tantas habitaciones dobles con su armarito y sus camitas individuales, qué bonito. En un pueblo de tan solo 200 habitantes el Camino ha traído dinero, hay 2 restaurantes peleados, lo normal para una pueblo a veces, un hotel rural de esos carísimos y hasta una farmacia. Damos de comer al pueblo entero, ellos lo saben y tratan a todo el mundo estupendamente, aunque no siempre es así en el Camino, hay gente que parece que le sobran los visitantes. Por otro lado "El turista exige, el peregrino agradece". Así debiera ser, pero de nuevo a veces uno puede olvidarse, a mí me pasa al menos.
Al salir de Azofra coincidimos en el desayuno con un grupo de unos 8 hombres en torno a los 50 o 60. Pensamos los 4 al verlos "Estos son vascos". Pero no, eran maños, de Zaragoza, vienen desde Nájera andando, salieron muy temprano. Volvemos a coincidir con ellos en la cuesta final casi al llegar al golf de Cirueña. Un despropósito ese golf en mi opinión, no pega nada, pero hay gustos para todo, claro, quizás de empleo, no sé. 1 de cada 4 casas la venden, club impresionante, pero es como irreal todo, parece un anuncio del cielo para americanos. Casitas, 200 casitas, pisitos, 200 pisitos, golf con su cesped perfecto y su caddy... en fin.
Ando sola las últimas dos horas de Camino, aprovecho bien, el paisaje se castellaniza, se hace más llano, vamos dejando colinas y verde y vegetacióna un lado, más tierra de cereal, cada vez más, también de patatas. Hace falta que llueva, lo notas.
Me ofrece higos al entrar en Santo Domingo un hombre mayor, hablo con él. El almacén de patatas es de su familia, el tiene huerto en un pueblo a 3 km., regala a los peregrinos lo que obtiene. Me como 10 higos de una tacada, insiste tanto el hombre que no se le puedo decir que no.
El grupo de maños son entrañables. "Qué... ¿andáis mucho juntos?" les pregunto por pegar la hebra. "Pues mira, sí, pero lo que hacemos realmente es comer juntos, andar es sólo una disculpa para poder comer luego" contestan. Nos reímos. Se han hecho muchos tramos duros del Camino, son prejubilados casi todos, muy divertidos, me aconsejan sobre el ramal aragonés del Camino.
Aquí te encuentras con personas diversas. Ayer fue un alemán recién retirado (prejubilado de hecho, el Camino está lleno de ellos) que después de contarme su confianza en la naturaleza y su desconfianza en el hombre consultaba el índice bursátil de Frankfurt, el Dax, en internet en el albergue. Hemos encontrado también a una australiana de veintitantos que habla perfectamente español buscando establecerse en la costa. Un suizo barbudo y joven que todos los días llevaba un diario. Una pareja de alemanes, él enorme, ella delgadita, muy amables y cariñosos (esto último entre ellos). Unas americanas en sus 60 con los pies muy perjudicados pero que no han tirado la toalla. Admirables cada uno en su estilo. La gente tiene unos arrestos envidiables, la verdad.
Santo Domingo de la Calzada es precioso, Paloma tiene el acierto de reservar en una hospedería cistercienes, vamos a poder dormir, especialmente algunos que no estamos acostumbrados a ronquidos y menos a 20 ronquidos distintos pero a la vez. La ducha para uno solo también es un lujo, un avance de la civilización y de la industria hotelera o de saneamientos, ya ni sé. La de los albergues si están separadas por sexos pueden no estar mal, pero ducharse en cuartos de baño mixtos no es muy cómodo, francamente.
Misa del peregrino, llego tarde, visitamos la Catedral, excepcionalmente hay visita nocturna, un guía estupendo, un audiovisual de introducción que nos parece muy bien hecho, el retablo de Forment es espectacular, la leyenda del gallo un "envoltorio" recurrente -como nos dicen- que se repite en Francia, en Alemania y hasta en Suiza, la idea de fondo: quien peregrina tendrá de su lado alguna vez en caso de problemas al apostol, a algún santo. Esperemos, claro. Es en cualquier caso bonito ver a los 2 animales vivos dentro de la Catedral, hace gracia, a los niños les encanta. Se ha levantado un frío helador, insólito para el tiempo que hemos tenido.
Luis, Pepa y Paloma se quedan un día más, visitarán Yuso, Suso y Cañas hoy, Nájera mañana. Me gustaría quedarme y volver a verlo pero no puedo.
Doy gracias al apostol Santiago porque nos ha guardado estos días a los 4, volvemos con fuerza y agradecidos: no llovió, hizo buen tiempo, todos los dolorcillos y el cansancio, los pequeños contratiempos, valieron la pena con creces, no han sido nada, creo yo. Y es una tranquilidad en mi caso no tener que ocuparse del dinero, ni de dónde vamos a dormir, Luis hizo de tesorero y de guía, ay, qué descanso no tener que organizar, ni tirar ni empujar, poder descansar un rato.
El año que viene más, espero. Pero tendremos que entrenar porque la cuesta hasta llegar al Alto de la Pedraja antes de San Juan de Ortega debe de ser de espanto. Al pasar con el coche de vuelta a Madrid me he hecho cruces de lo que nos aguarda porque de ahí la cuesta maldita no se va a mover para el año que viene, la muy.... Qué razón tienes, Luis, los maños nos engañaron o son de hierro, es una cuesta muy mala, o comemos y entrenamos o moriremos en el intento, y como dice Paloma, seremos "además" un año más viejos. Yo no había caído hasta que ella, que tiene sentido común, lo dijo. Qué tontería, con lo bien que nos encontramos, ¿por qué vamos a pensar que envejecemos? Pero Paloma es muy sensata y dice este tipo de cosas.
Gracias, Santiago, hijo del trueno, patrón de España. Me caes bien ¿sabes?, muy bien.
Gracias por contarlo, Aurora.
ResponderEliminarMe quedo con la gente y con la cuesta para el año que viene.
Y con la canción.
Un abrazo.