Parece mentira que gente tan lista y tan sensible no caiga en la cuenta. El sexo está en todas partes, donde está y donde no querrías que estuviera o no lo esperas. Si sólo lo buscas donde está, lo pierdes una y otra vez. Si no lo reconoces en otras partes y no te ríes de ello también te lo pierdes o te lías.
El cuerpo es también enfermedad, dolor, estría, kilo de más (o de menos, ay), caspa, sudor, mocos y fiebre, piel que se descuelga, decadencia, borrachera y qué mal me encuentro o qué bien. En todo ello hay belleza y desde luego humanidad. Quien lo ha probado, de verdad, lo sabe, lo otro son los cromos de los niños. Quien no tiene, quien no quiere o es querido por una, por uno, colecciona y muestra el album, claro, a ver si así hay consuelo, pero no lo hay. Nadie está hecho para coleccionar o ser coleccionado, estamos hechos para que nos quieran.
Pero todo esto del cuerpo real, no virtual, queda opaco, se minimiza o se oculta hoy, no existe, por eso no hay quien se lo crea a poca cabeza que se tenga, a poco ojo. Somos una civilización muy preocupada por la gimnasia y la limpieza, puritana, francamente aburrida a veces. Porque tras todo ese (falso) culto al cuerpo lo que hay es una legión de fríos atletas además de cursis, nos parecemos cada vez más a "Un mundo feliz", un auténtico rollazo.
Ojalá fuéramos más vividores, de verdad. Es por defecto, por tiro errado, por falta de foco, demasiado cerca a veces que nos hace estar lejos, y no es por exceso, que no vemos el cuerpo, que no nos vemos.
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Mirra y aloe para envolver un cuerpo.
Velar a quien no está ya pero está, qué bonita costumbre y qué perdida. Yo no quiero perderla.
Amortajar y no dejar que nadie toque lo que tú tanto quisiste.
Curar heridas físicas y psíquicas, dar cobijo, calor, físico siempre, de alma también, va junto, no separado.
Ungüentos. También y siempre caricias.
Nunca nos tocamos lo suficiente.
Me lo dijo un físico un día: realmente no llegamos a tocar nada, a tocarnos. Tenía que ver con los átomos y no le entendí mucho la explicación, soy de letras y ni esas: es como si cada átomo estuviera rodeado de una almohadilla de aire que nos impidiera llegar a tocar de verdad. Flotamos más bien en el suelo, flotamos en el cuerpo de otro también. Vale, pues bien, me hace pensar que si no lo hacemos realmente, habrá que aplicarse más en ello.
Resucitamos con el cuerpo. Es tal barbaridad, y a la vez tan de cajón, tan esperanzador, que no podía ser menos pienso a veces. Yo me pido el que tenía a los 30, si puede ser, claro, si no, lo que dispongan, faltaría más ponerse ahora con especificaciones.
Templo del Espíritu Santo, lo somos, indignos siempre. Pero sopla el espíritu y sopla por dónde quiere y cuando quiere. Cómo no decir "namasté", como dice Tamara al finalizar la clase de yoga "Saludo la luz divina que hay en ti". Pues claro, razón tienes, profe.
Pienso en el momento del abrazo a quienes tanto has querido, para eso necesitaré el cuerpo, digo yo, no voy a abrazar de alma solo a mi padre, a mi hermana. Ya lo dije, nada espiritual. Con el alma solo o con el recuerdo no me sale querer. Por eso guardo fotos y me horroriza poder llegar a olvidarme de su cara. Por eso tengo alguna ropa que mantiene el olor, su olor. Pero ya no recuerdas su tacto y te da una inmensa pena esa pérdida.
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Lloraba María porque se habían llevado al cuerpo de su Señor.
Y luego no le reconocía de hortelano.
Así nos pasa un poco a todos.
Aunque veamos a veces somos incapaces de reconocer.
El físico -que dicen hoy los cursis- nos oculta el cuerpo, lo que somos, que no es una carcasa nada más.
Somos cuerpo a Dios gracias, y si Dios se encarnó, murió y resucitó será por algo, aparte de razones teológicas profundísimas. Un amor a fondo perdido como es todo amor que se precie. Así nos lo dijo el cura ayer en esa misa de pascua tan impresionante, la más bonita del año. Monica Belluci, un viejecito, un enfermo, una adolescente que se pinta por primera vez para gustar más a los chicos, yo también. Cuerpoalma que diría Suso Ares, creo que lo tiene también en su estupendo "Diccionario cordial", una mina este hombre, da gusto leerle.
Todo y todos para la eternidad tras el paso angosto.
Te quiero con todas mis fuerzas. Con todo mi corazón. Con toda mi alma. Con todo mi cuerpo. Mal habitualmente, pero como mejor podemos y sabemos. A los demás y a Dios. ¿Qué es un pecador? Pues un pobrecito que se equivoca. O sea, todos nosotros. También de la cosecha del cura de las calatravas, me va a llenar el blog él solito, espero que no me pida derechos de autor.
Pues así y con todo resucitaremos, no estamos hechos para desaparecer sin más, ni fundirnos simplemente en la tierra.
A su imagen y semejanza creados. Pues da que pensar. Y que vivir.
"Feliz culpa", rezamos. "Nada fue un error" canta la cursi de Paulina con Coti y Julieta Venegas, menos cursis. No es lo mismo decir que "nada fue un error" a "feliz culpa", pero ahora no voy a entrar en precisiones. Vdes. vosotros me entenderéis.
PS y Post Comentarios ;-) Gracias al blog de Suso Ares he enlazado con la meditación del Benedicto XVI del sábado santo, pena no haberla leído antes. A raíz de algún comentario y de lo escrito por mí quizás tan pesimistamente sobre "nuestra imposibilidad para tocarnos" he pensado que puede iluminar -y sobre todo dar calor- lo que dice sobre la soledad. Y más. No por consuelo lo hago, no me gustan los caramelos, sino porque creo que es verdad. Y la verdad da calor, no es sólo luz.
¡Ay, amiga Aurora, qué te voy a decir!
ResponderEliminarQue Dios te bendiga, que ya lo hace. Yo también te bien-digo, por los siglos de los siglos amén.
Bello y emotivo final. Muy acorde a la despedida Santa de la semana.
ResponderEliminarPero profundo y carnal a la vez, Aurora.
Magnífico el cuerpoalma de Suso, magnífico.
Un abrazo.
Suso.. me siento ¿bien-dicha?, ¿bien-decida? ¿bien ... simplemente?
ResponderEliminarPues eso, un abrazo, y no hacen falta los siglos todavía, con que sea hoy pues me basta ;-)
Aurora
A míla resurrección de la carne me da mucha esperanza. Cristo resucitado se comió un pescado, porque su cuerpo era real. Puestos a pedir, yo no quiero sólo una inmortalidad espiritual y fantasmagórica. Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos.
ResponderEliminarY coincido contigo en eso de afirmar que el culto al cuerpo acaba odiando al cuerpo, que nunca es perfecto. Es como es.
Javier:
ResponderEliminar¿Verdad que gusta el cuerpoalma de Suso? Pues su Diccionario Cordial es precioso, todo de ese porte o más. Suso es mucho Suso...
Pues me ha gustado lo de profunda y carnal, es la verdad ;-), es todo un halago.
Y vamos que nos vamos que dicen en tu tierra. Cierro por hoy el apartado blog porque hace una noche preciosa para salir a tomarse algo con amigos.
Aurora
Un abrazo
Aurora
Cotta, que ya me voy, pero sí, me pasa igual. Yo resucitar solo de alma me sabe a poco, vamos no me sabe porque sólo conozco lo que es ser alma y cuerpo y así me gusta (hombre ya si el cuerpo luego no envejece, ni se duele y ni se cansa ... debe de ser la l.)
ResponderEliminarPS: Preparo a mi sobrino Javier a conciencia para futurible de una de tus niñas, tú déjame a mi que te va a tocar un yerno de muerte ;-)
Me quito el sombrero, Aurora. Poco puedo decir más que "Namasté" (a mí me lo decía Concha, mi maestra de yoga). Los goces del alma siempre vienen dados por algunos de los sentidos sensoriales, así que no podemos desligar ese "cuerpoalma" de Suso, no. No quiero ser un ángel, ni un cuerpo etéreo. Quiero ser yo y disfrutar hasta de mi último michelín.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte y sonoro.
Aurora... Resucitar con el cuerpo... Un punto más de esperanza. ¿Cómo seremos? Yo me lo he preguntado más de una vez. De entrada, no nos dolerá nada... espero. Y guapos... Y bien, a gusto... para siempre, sin cansarnos de estar Ahí.
ResponderEliminarFantástico.
OK en lo del culto al cuerpo. Ni tanto ni tan calvo. Naturalidad para con nuestra propio cuerpo , cuidándolo, pero sin maquillarlo tanto que no nos reconozcamos ninosotros mismos al mirarnos al espejo.
Me alegro de que la noche sea esplendida ¿Con estrellas? ¿Con el sonido suave del silencio?
Muchos besos, guapa
Cansada vengo con este cuerpo que Dios me ha dao, y también con el alma. Pero aquí estamos, aún sin resucitar y por muchos años, amén.
ResponderEliminarSi no pudiera mover los dedos, no podría decirte que es cierto lo de tu amigo el físico, siempre lo había intuido: no llegamos a tocar. Será que a veces nada me ha parecido suficiente, había algo más, un poco más cerca. Fundirte con el otro, tocarlo, sería acabar con la soledad y eso... ni Dios debió conseguirlo. Sabe lo que es ser hombre y seguro que le damos mucha pena. Por eso nos perdona todos los pecados.
En fin, mañana vengo más animada, palabrita del niño Jesús.
Un abrazo, Aurora, y felicidades por la entrada.
Ah, y Jesús Cotta, que se pida resucitar con los rizos negros;-))))
¡Pero qué estupendas disquicisiones que he encontrado en tu página Aurora! Más allá del contenido súper interesante y bien expuesto, me ha maravillado la frescura de tu escrito. Así como lo sentís, así lo escribís.
ResponderEliminarLa espontaneidad cuenta con un bien merecido puesto que te has ganado.
Un beso grande.
(Y como te decía por mail: "No hay mal que por bien no venga". Aquí estoy.)
Mirna, entre gente que nos gusta cocinar nos entendemos bien ;-)
ResponderEliminarGracias y vuelve, y he visto tu receta de los brownies, ay, qué perdición más dulce...
Aurora
Sunsi, ni dolor de cuerpo ni dolor de alma habrá ;-).
ResponderEliminarEl silencio esta vez tenía un sonido suave y luego el sonoro de la amistad. Y cierto calor de alcohol ;-)
Un beso, amiga
Aurora
Olga, aquí estoy acabando lo que te dije, ayer estaba ko.
ResponderEliminarLo de la soledad esa que dices y el no podernos tocar de verdad... yo creo que debe de ser algo así como otra consecuencia del pecado original. Con la enfermedad, la muerte, el sufrimiento y el dolor, "oscurecida la inteligencia y debilitada la voluntad"... además y encima solos aunque estemos acompañados por uno o por varios. Uf, necesito un café en vena... Mardito pecao orihinal!!! Marditos roedores!
Un abrazo, guapa
Aurora
Bueno, Liliana, muchas gracias por venir y comentar. Con esponteneidad y a veces con mucha seguridad se escribe y se equivoca una mucho. Y encima con rollos macabeos.
ResponderEliminarUn abrazo ;-)
Aurora