"Lo siento mucho, pero voy a tenerla que colocar en preferente"
No podía sacar ayer mi tarjeta de embarque por internet. Tampoco esta madrugada -ni las calles puestas- funcionaba el check in electrónico en la T4, acudí al mostrador.
"Pues nada, nada, en preferente" dije encantada.
Haber sacado el billete más barato tiene a veces estas curiosas sorpresas. Agradezco el cambio y pregunto extrañada si hay alguien que no quiera semejante cambio y me dicen que sí. A veces podemos ser así.
Es un vuelo nacional, no notaré la diferencia, demasiado corto el trayecto. Sé bien en cambio lo que se agradece en uno transatlántico. Pero, en cualquier caso, bienvenida sea una hora en preferente pese a mi billete a precio de risa.
El sábado me dejaron probar un coche bueno, mejor que el mío, o sea, casi cualquier coche. Automático, cómodo, como el coche fantástico, sólo falta que te salude.
"¿Quieres conducirlo tú?" me preguntó mi prima.
"Por supuesto" contesté entusiasmada. Me encanta conducir, me encantan los coches buenos y no tengo habitualmente la posibilidad. Qué gozada conducir así, es otra cosa. Aunque me costara cogerle el tranquillo. Es la falta de costumbre.
Sabe Dios que, si por una de esas casualidades de la vida, se me ofrece preferente o coche bueno los voy a disfrutar como una enana. Faltaría más. Y agradecer.
Y no importa que sólo sea una hora, media hora. A por ella.
Coda a las 8.34: Hay avería en el avión, aquí estamos esperando... Nos han dicho que las 8.30 nos dirán algo, son y 34 y aquí no dice nadie nada. Justicia distributiva, lo llaman. En fin. Media hora más para bloggear un poquito. Pues bendito sea Dios. Y el que no se consuela es porque no quiere. Digo.
Oye, pero tú qué vida llevas, avión para arriba y avión para abajo, no paras. Espero que a estas horas ya estés donde debas estar y , si no, ánimo...
ResponderEliminarYo tampoco tengo nada en contra de los placeres, y la calidad es un placer. De la calidad al lujo hay una línea sutilísima. Tampoco tengo nada en contra del lujo, pero sí de lo que podemos hacer, o de lo que a veces veo hacer para conseguir cosas que tampoco son necesarias. Puedo prescindir de él (lo he hecho toda mi vida) y me alegro.
Ahora, si te lo ofrecen, es que es una cuestión de educación, mujer, la educación ante todo;-)
Besos, Aurora, que tengas muy buen día.
Por cierto, no fui de compras el sábado. Te contaré:-)
ResponderEliminarel lujo es una maravilla
ResponderEliminarel que diga lo contrario es como la zorra que al no poder alcanzar las uvas se fue diciendo bah, todavía no han madurado
es mejor un buen equipo de sonido que uno corriente
es mejor una buena casa que una pequeñita
es mejor el olor de una vara de nardo que el de la mejor colonia
te hacen más grata esta mala noche, que es mejor pasarla en una buena posada
ya nos contarás dónde vuelas tanto
UY Aurora como dicen yo de esa "cabulla tengo un mecate", he comenzado a cambiar poco a poco mi vida para redimensionar TANTAS COSAS, "creo" que no se trata de lujo, lo veo como opciones aunque a veces parecen lejanas allí están.
ResponderEliminarEn cuanto a los vuelos, siempre tendrás la música, la lectura, el blog y la paciencia, me ha encantado pasar por aquí.
Un beso
Lane
Ay, Olga, hacía ya varios meses que no cogía un avión y trabajaba tan a gusto desde casa, pero hoy "toca" Barcelona. Qué alegría ver tu comentario al bajar del avión...
ResponderEliminarRazón tienes, la calidad es un placer, pero es que el lujo me gusta. Entre el lujo y la necesidad... ¡me quedo con las 2! Unas veces lujo, otras necesidad ;-). Espero poder disfrutar de "muchos" lujos sin tener que hacer esas cosas que no quiero hacer, hasta el momento he podido. Lujos de esos gratuitos que te caen.
Me has recordado a Nancy Mitford (la de "Amor en clima frío", tronchante) con tu comentario sobre la educación. Ella decía que "la felicidad es una cuestión de educación"...
Y nada, que ya hablaremos de cosmética en otro momento ;-)
Toi, ahí le han dado, en la vara del nardo... ¡y ese azahar que debeís de tener ya en Sevilla ... lujo gratis et amore!
ResponderEliminarLujo, lujo, lujo... vivir en Sevilla, la verdad...
Vuelo a Barcelona al menos una vez al mes. Y luego a San Sebastián. Pero tengo suerte, curro desde casa.
Bienvenida, Lane. Las salas de espera de los aeropuertos están llenas de lecturas, de lectores. Algún atraso que otro ha generado lecturas estupendas, mira por donde.
ResponderEliminarUn abrazo, me resultas familiar, no sé por qué ;-)
Vuelve, por favor.
Y yo paciencia, nada de nada. Sólo pragmatismo: mejor llevarlo bien que llevarlo mal. Salen menos arrugas. No quemas energía ni esfuerzos inútiles. Es por la belleza y por ahorrar ¿sabes? lo de poner buena cara a los retrasos y cosas que salen mal...
Aurora
El lujo es algo que te puede hacer perder la cabeza, como la de esa amiga de una amiga que ha pedido un crédito para comprarse un bolso de Loewe; pero si uno sabe estar en su sitio, cuando "toca lujo" hay que saber "usar el lujo".
ResponderEliminarY es que hay un peligro opuesto: el de quienes tienen concupiscencia de lo cutre, pasión por lo gratuito y tendencia a lo rancio.
Y tan malo e slo uno como lo otro. Que hay quienes parecen disfrutar viviendo de "baratillo".
La austeridad es una virtud, pero como toda virtud debe tener apariencias amables, y el uso del lujo y la calidad es compatible con ella.
Yo es que últimamente sólo pierdo la cabeza por Sean Connery y similares, las cosas materiales como que no ;-), soy muy espiritual yo...
ResponderEliminarPerdón, Modestino, me entra la vena frívola de vez en cuando, no lo puedo evitar.
Ya lo hablamos en su día ¿recuerdas?, a propósito del lujo y de la necesidad. Pero en esta ocasión no era tanto el lujo como ... la sorpresa de algo mejor a lo que tú pagaste o querías, pongo por caso.
Y hala, pues un desayuno que me ha tocado de gratis por ir en preferente. Nada del otro jueves, pero rico sí.
Venga, a currar guapa, que te pagan por currar ...
Saludos, jurisconsulto. Y la austeridad a veces la tienes quieras o no porque te viene dada por la vida, las circustancias o el fin de mes, así que vaya lo comido por lo servido...
Aurora... te lo han puesto en bandeja de plata. Pues aprovecha...
ResponderEliminarMe posiciono en el punto medio en cuanto al tema del "lujo"".
No sé si lo escribí en casa de Modestino o en la tuya. Depende de lo que se entienda por lujo. Actualmente son un lujo cosas que hace tres o cuatro años te podías permitir de vez en cuando.
También es un lujo... estar cerca de gente que carece casi de lo necesario y ni lo notas. "Perquè de porc i de senyor s'en ve de mena" En realidad, si lo piensas , casi todo es reciclabe... desde la ropa, el mobiliario, a un cambio de imagen con telas económicas para "descosidos"...
Pero desaprovechar una oportunidad... eso sería de tontos.
Un beso y buen viaje.
¡Barcelona! ... ¡Te quieroooooo!
ResponderEliminarCuando llegues, por favor, dile guapa de mi parte.
---
¿Te gustan los caracoles? Si es así, te aconsejaré un sitio asequible en el que los hacen de rechupete.
Vida movida, y llena de sorpresas.
ResponderEliminarMe encantan los coches buenos.
La verdad es que es un lujo poder blogear en cualquier parte, y leer en cualquier parte. Aún esperando el retraso de un avión a Barcelona.
Un abrazo.
Tienes razón, Sunsi, hoy hay lujos que hace unos años te los podías dar, la crisis es así. Bien que soy consciente.
ResponderEliminarPero era lo otro: lo inesperado de algo bueno que, plaf, te cae. Y dices, "Por mis pistolas, cuate, que lo voy a apurar". Casi la sorpresa es lo que te hace más ilusión. No es lo de que no te "cueste" dinero, es otra cosa. ¿Te acuerdas de la canción de Serrat que pusimos ambas hace unos meses, la de de "Vez en cuando la vida"? Va de eso. Pues sea el coche, el avión, un Marques de Arienzo que me ha regalado no sé quién y que está de muerte, me es igual: imprevisto y preferente, por chiripa o serendipia. A por ello.
Lumroc: sólo hay una cosa que me da repugnancia y son los caracoles. He comido hormigas, he comido cosas que no sé ni que eran en China, e incluso me he comido mi propia comida cuando no sabía cocinar...;-), pero los caracoles son superiores a mis fuerzas.
ResponderEliminarEn cualquier caso Barcelona es preciosa... pero estoy en Esplugues de Llobregat hoy ;-)
Un abrazo
Aurora
En Lérida se comen los caracoles con Palas Dozer. Inclusamente hay una fiesta dedicada a ellos "la festa del Cargol".
ResponderEliminarA mi me gustan a la llauna,pero el problema es que si vas con un experto,engancha palillo y por cada uno que tú extraes de la concha, el tío se zampa veinte.
Pasa como con algunos mariscos, curras mucho para chupar poco y comer menos.
¡Chuletones!
Lo del lujo sobrevenido y sorpresivo es fantástico, cuando llega. Hace unos días me ofrecieron de gratis un tratamiento en un spa. Es largo. así que lo guardo para una entrada del Barullo. El problema es cuando haces el paleto, como me sucedió a mi, por no haber estado nunca en una bañera de burbujas masajeantes.
El lujo tiene esas cosas, que hay que entrenarse antes, porque si no...........
Movida depende en comparación con quien. Pero sí, algo es, porque trabajar por cuenta de uno tiene estas cosas. Y muchos lujos,como sugieres, pero también bastante inseguridad y más ahora en crisis. Por esto "tengo" que ser optimista, porque si soy pesimista no saldría a buscar clientes o me moriría pensando en qué va a pasarme a 6 meses o 12 vista. Y eso no. No tengo ninguna intención de morirme por el momento, si Dios quiere, claro.
ResponderEliminarPor eso disfrutar del preferente cuando toca, otros días no me toca, no nos toca. Y ya está. Pero mientras toque, pues de cabeza y sin remilgos. Como si uno hubiera nacido para preferente o un coche de los buenos.
Y sí, qué cosa son los coches buenos, el vino bueno, los perfumes buenos. Y las personas buenas, esas, lo que más. Nunca dejarlas escapar, siempre cerca.
Uy, Suso, lo malo o lo bueno de lo bueno ... es que aunque hagas el paleto te acostumbras enseguida ;-) es como si naciésemos para lo bueno todos, en seguida sabes conducir un buen coche, enseguida te haces a un buen vino aunque es cierto que hay "horquillas" de precio que ya te dan igual y no aprecias por encima de X...
ResponderEliminarCada vez que por trabajo me ha tocado hotelón que te mueres o similar... llamo a mi madre y se lo cuento en plan pardilla. La primera vez que me pusieron una servilleta de esas calientes y húmedas para limpiarte antes de una comida creo que era tahilandesa... pensé que era un rollo de queso e intenté partirlo, no te digo más.
Un abrazo
Aurora
Yo en el Hotel Real de Santander, estaba invitado, me comí todas las florecillas, parecía romero, que adornaban un platazo espectacular.
ResponderEliminarCuando recogieron el plato caí en la cuenta de que era el único que se las había zampado.
Estaban buenísimas
Eso de comerese el adorno del plato también me ha pasado a mí, me parece que somos de esa generación que se educó en comerse todo lo que a uno le ponen.
ResponderEliminarAurora, me parece que tendré que leer más despacio tus hilos, tengo la sensación como de que tiendo a no acabar de acertar, como de quedarme a mitad camino.
Modestino: por Dios, que soy yo la que no me entero, ni se te ocurra, pues si encima que escribo largo tienes que leer con detenimiento ;-) faltaría más. Perdóname que soy muy burra y soy yo la que no acabo de decir y encima interpreto. Mil perdones, majo
ResponderEliminaraurora
Qué rápida¡¡¡, no tengo que perdonar nada, era una sensación mía no una interpretación de tus palabras.
ResponderEliminarY es verdad que tengo que ser más pausado al leer las cosas.
Yo también me comí una vez las dichosas florecillas.
ResponderEliminarPaleto, pues, un rato.
---
Y me regalaron una sesión de spa con acompañante (de mi mujer, se entiende) con un año de validez y .... acabó caducando...
---
A los de pueblo nos pasan esas cosas...
En preferente con un billete de risa... jejeje, eso es señal de buena suerte, espero que hayas tenido un gran día!!
ResponderEliminarY, sobre el lujo, a quién no le gusta un buen vino, un chocolate suizo, zapatos de Pura López... en fin, pero esos lujos son fáciles de conseguir si dispones de dinero. Por eso, a veces pienso que el lujo va más allá, "lujo" son las cosas que te hacen sentir bien y no se pueden comprar con dinero. Fíjate Aurora, el viaje de este verano, qué lujo el ir en el coche "perfecta conductora que eres" y bajarnos a la playa en Asturias, qué bueno!!! Me encantó.
Besin y que disfrutes en Barcelona.