lunes, 3 de noviembre de 2008

La alegría del fontanero


Yo no sé qué pasa, pero casi todos los fontaneros, pintores, electricistas, todo el rango de profesionales del arreglos varios, están siempre muy contentos. Por lo menos, los que pasan por mi casa.

La primera idea que viene es por lo que cobran, cada vez más. Pero no estoy de acuerdo con que esa sea la razón o la más importante. Conozco a gente que cobra un pastón, bastante más por hora que cualquier de éstos, y no están ni la mitad de contentos. Ni son tan simpáticos, la verdad. Mucho menos simpáticos.

Creo que la alegría de todos estos tiene que ver más con comprobar que las cosas funcionan después de que uno ha hecho su trabajo. O funcionan mejor, quizás no del todo, pero mejor. O "lucen", se ven.

No te quiero decir ya los pintores: un cuarto es totalmente distinto recién pintado. No me extraña que los pintores canten mientras pintan.

Qué alegría oir a alguien cantando mientras trabaja: me encanta. Qué poca gente canturrea ya, poquísima, antes la gente cantaba muchísimo en España. Se sonreía más. Vas en metro o en el puente áreo, es igual, y somos todos super serios.

Hacer algo con las manos, lo que sea, debe de dar muchas satisfacciones.

No funciona un desagüe, viene el fontanero, trabaja media horita y cuando se va, ya funciona. No me extraña que esté contento: tío, eres un fenómeno. Tu trabajo se nota, sirve, y sirve ya, para algo como es que mi fregadero pueda ser utilizado.

Algo así sucede con la cocina. Ves que lo que haces tiene un resultado inmediato. Se lo comen todo, no queda absolutamente nada. Te pones francamente contenta. Has quitado el hambre y encima han disfrutado un montón.

No me extraña que mi abuela dijera que había que tener estudios y un oficio, el que fuera. No sólo por lo que pudiera pasar, sino por la satisfacción que dan los oficios. Muchas satisfacciones.

Hace unos años pintamos en casa de mi madre. Vinieron dos pintores. Ponían la radio bastante alta y canturreaban mientras le daban a la brocha. Metí yo la pata e interpreté mal lo que quería mi madre, hubo que pintar otra vez porque aquello parecía un club de mala nota, el rosa al final no era el rosa adecuado. Subió el portero e hizo un comentario "Tal cual parece esto el Club de... " A mi madre y a mí nos parecía, pero su opinión fue definitiva.

Elegimos un verde alegre, el otro tirando a gris era muy elegante, pero dijo mi hermano Paco que mejor alegría que elegancia. Tenía razón, enla duda, la solución siempre más alegre.

7 comentarios:

  1. que sí, que funcionan las cosas cuando terminan, su trabajo tiene una respuesta inmediata (en general), pero también es que cobran cuando se van y esto hace mucho.

    cuado lo tuyo es el papeleo y la gestión, del papeleo también, el resultado es diferido, y los cobros, y todo. Es mi caso, y la alegría ya no es la misma digo yo.

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  2. Totalmente de acuerdo, cordobés: lo de cobrar inmediatamente y no a 30, 60 o 90 días... o más debe de dar mucho gustito... la verdad. Y sin tener que llamar para reclamar.

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  3. y a 120, 180 días, .... o hmás, y el trabajo hecho, aprobado por la administración, y pese a todo tratamos de estar alegres para vivir

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  4. Será que han descubierto el secreto de la vida y no se andan con las neuras con las que nosotros paseamos todos los días.

    Será también que respiran aire, sí, aire, que no están metidos todo el día en una oficina.

    Será que son sus propios jefes y no tienen a un soplap... soplándoles en el cogote.

    Será que tienen sus propios horarios y su propio ritmo, que a ellos nadie les mete prisa a la hora de la comida.

    Será, será, no sé qué sérá, pero sí, están contentos (a lo menos mientras permanecen en nuestra casa, que ya es mucho).

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  5. Hola, Cordobés, pues sí, trabajar para la administración que paga tan tarde debe de ser horroroso. No tengo la experiencia, la verdad.

    Hola, mañana, bienvenida a mi casa, sí tienes razón, puede ser un poco de todo eso también.

    Hasta mañana. Cierro temprano hoy.

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  6. Está bien eso de que los pintores pongan la radio alta y canten canciones: así por el mismo precio tienes la habitación pintada y un par de días con hilo musical.

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  7. A los fontaneros, currelas de mudanzas y pintores les viene bien el horario tan tranquilo que tienen. Llegan cuando llegan, terminan cuando terminan, y no perdonan ningún parón de los establecidos: bocata, comida, ir para casa.
    No se les estropea el router, no tienen problemas con el wifi, no les hace falta reiniciar servidor, ni consultar los índices del Nasdaq, etc.

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