viernes, 30 de abril de 2010

De buena esperanza


Todas las primaveras me ocurre lo mismo. Veo a más mujeres embarazadas. ¿Habrá más o es que se ven más? Como en El Olvido con CB y desde mi mesa veo a la maitre detrás del mostrador “¿Está embarazada su compañera?” le pregunto a la camarera. “Sí, de siete meses ya”. Salgo a dar una vuelta con Olimpia. En el parque hay una mujer sentada en la hierba, las piernas ligeramente abiertas, una tripa redonda y blanca que ella muestra para que le dé el sol, los ojos entrecerrados. Y en el gimnasio de nuevo, una mujer con un vientre redondo, no sé si incipiente o es de las que no engorda casi, hace unos suaves estiramientos por su cuenta, ajena a las televisiones y a todos, escuchando su propia música, la de los auriculares y la que lleva dentro.

Lucía, mi sobrina, es médico, tiene dos niños y dibuja con mucha gracia. Está embarazada y tiene que estar en reposo, muy quieta. Le pedí que me hiciera la ilustración para la invitación de “Fernanda…”. Se nota que está en estado de buena esperanza hasta dibujando. Gracias, guapa, muchas gracias.


Estado de buena esperanza, se decía antes. Suena antiguo, quizá raro, pero parece que es lo que es, un estado de esperanza para ellas y para quienes las vemos o estamos a su lado.

Como dar a luz, que la dan de algún modo. La dan el día del parto y antes.

13 comentarios:

  1. Es un estado de gracia incomparable. Me emocionó eso que cuentas de darle sol al bébé, es encantador y debe ser agradabilísimo, para ella y para el niño. Un beso!

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  2. Pues sí, buena esperanza es un calificativo muy adecuado. Dicen que se ha producido un incremento de embarazos, no se si será verdad.

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  3. Buena Esperanza: un estado gestante y un cabo al sur de África, continente que parió a nuestra especie.
    Benditos embarazos y esperanzas en esta primavera radiante.

    (Y enhorabuena por el premio, que me acabo de enterar).

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  4. Preciosa invitación para un día que será igualmente precioso de todas todas. Enhorabuena Aurora y estaremos todos tus fanáticos pensando en tí ese día. Un besazo desde Huelva.
    PD: y sí, estando embarazada te sientes doblemente viva aunque las hormonas juegan muy malas pasadas...

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  5. Annemarie, ahí estaba, otra vez, ella al sol y con la camiseta levantada, y ella con las gafas, de verdad, qué estampa.

    Modestino, yo creo que sí ¿o es que se ven más? un abrazo fuerte, muchas gracias por todo.

    Javier, tenemos que hablar sobre la Eva africana esa, con Dorda, que sabrá, me apasiona todo eso, la eva mitocondrial, ¿se dice así, es la teoría esa?, el otro día leí que veníamos muchos de unos gemelos, en fin, me tienes que contar que seguro que sabes de eso...

    Rocío, guapa, en fin, ahora que nadie nos oye, las hormonas están ahí ... hasta que están menos, pero entonces están más. No sé ni cómo explicarte. Voy a escribir un cuento políticamente incorrecto que se titule "Érase una mujer a una hormona pegada...". Cada sexo tienes sus servidumbres, y por eso a veces se entienden mejor las que ellos pudieran tener, no sé cómo decirte. Tópico será, pero lleva su verdad...

    Y yo lo que quiero, ejem, es ir a Huelva alguna vez, si pudiera ser. Estuve en Doñana en el 78 y desde entonces, nada... (es mitad Huelva mitad Cádiz ¿no?, en ambas está... ahora dudo...)

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  6. A lo de que en primavera parezca que hay más embarazadas se me ocurren dos explicaciones:
    1) No es que hay más, es que se notan más después de librarse de las pesadas ropas invernales.

    2) Los meses de invierno, que son muy frios, hay que calentarse, y pasa lo que pasa.

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  7. Es muy bonita la invitación, no sólo graciosa. Leí el capítulo de Fernanda y me encantó.
    Buena esperanza... sí, y también me gusta encinta.
    Pasé años viendo embarazadas por todas partes. Y en las cuatro estaciones.
    Si vas a escribir sobre hormonas por menos o por más, avisa.

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  8. Sr. Marlowe, sus razonamientos son impecables. Un abrazo, anda que no tenéis que estar pasando calor en Pucela...

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  9. (perdona, Jaime, sin la e final)

    Lolo, sí, es preciosa, claro, estoy muy agradecida a Lucía y a José María, un amigo, que se ha encargado del diseño del marcapáginas y de la invitación en internet y en papel.

    ¿Leiste Fernanda aquí o en papel, en el libro...? Está mejor en el libro porque todo está corregido, más limpito, aunque todavía yo vea faltas en todo y volvería a escribir de nuevo muchas cosas, pero en fin.

    Y voy a hacer una serie dedicada a las hormonas, lo acabo de decidir, "cuentos hormonales". Hala, chúpate esa.

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  10. Para mi son todas unas valientes. Yo es que no tengo instinto, pero me encantan las embarazadas y los niños (cuando no molestan demasiado). Aunque yo cuando veo una siempre pienso en el momento del parto y me pongo a parir (nunca mejor dicho).
    Soy una cobarde.

    En mi trabajo el año pasado estaban casi todas preñaicas y este año hay solo un par, pero seguramente les seguirán otras tantas. Valientes. Heroínas de nuestro tiempo.

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  11. Bonita entrada, Aurora. Lucina era la protectora antigua de los partos.
    Un abrazo.

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  12. Bienvenida, Sue, me gustó mucho tu blog y cómo escribes.

    Yo no he estado embarazada, no he sido madre, pero tengo la sensación desde la inexperiencia más total al respecto de que el parto casi debe de ser al final lo de menos.

    Vamos, que un adolescente en faena debe de costar más que un parto a veces. En cualquier caso, como tú dices, desde luego mi admiración por toda la maternidad siempre, parto, crianza, educación infantil y juvenil al completo, etc.

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  13. Pues Lucina que las proteja ;-), JM, a ver qué has escrito ... que no me he pasado por tu casa (ni la de Quequi)

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