Las aproveché mal, pero en fin, algo quedará.
De las cosas que más me impresionaron fue lo que JJ contaba sobre lo oculto al escribir. Sobre todo lo que uno debe saber cuando escribe pero no muestra, no enseña, está ahí, debajo.
Son las costuras, los remates que no se ven al leer, pero que sostienen un relato, pero también mucha "información", aunque "información" no es la palabra, que quien escribe sabe sobre la historia, sobre los personajes.
Tienes que saber 100 de un personaje para mostrar luego 20, porque no se puede decir todo de nadie y sería un peñazo, además, interminable.
Tienes que escribir sabiendo mucho más de lo que muestras, y lo que muestras sólo mostrarlo en cuanto esencial para el relato, el momento, etc. Un trabajo de cabeza bastante agotador, vaya.
Años más tarde, al ir a clase de guion me enseñaron también lo que llamaban —ha pasado tanto tiempo que no sé si ha cambiado— la biblia, algo que cuenta mucho sobre personajes y la historia pero no es el guion. Ahí te explayas explicando el cómo, por qué y cuándo y detalles que no van a salir de muchos personajes, pero que tú los "tienes" que saber. Luego aquello puede no salir en ningún episodio, o en la película, pero tú escribes luego el guion sabiéndolo, teniendo en tu cabeza muy armado el personaje.
Saber y no decir, no contar todo, es importante. Y cortar, todo el tiempo eliminando, estará sin estar. El iceberg flotando.
(Foto Tip of the Iceberg, de Carl Braun)