Bitácora de Aurora Pimentel Igea. Crónicas de la vida diaria, lecturas y cine, campo y lo que pasa. Relatos y cuentos de vez en cuando.

jueves, 25 de junio de 2009

D. Jaime de Mora, los carlistas y el PC 1)

Me acuerdo todavía un día que mi padre me dijo "En todo país tiene que haber un Jaime de Mora". Eran los años 70, no había llegado la democracia, y yo era una preadolescente creyente en cierta ética del trabajo. Lo normal para alguien con un padre pluriempleado y una educación donde la pereza no estaba bien vista.

Me dejó patidifusa su afirmación viniendo de donde venía. Pero mi padre tenía esas aparentes contradicciones, más teóricas que prácticas, bien es cierto, que son las que creo que pueden hacer de la educación algo humano y cálido.

Para los menores de 40 años que no sepan de quién hablo, Don (era Don) Jaime de Mora y Aragón era el hermano de la reina Fabiola de Bélgica, una especie de bon vivant que por lo visto hizo algo por Marbella, la promocionó. Realmente no sé muy bien ahora qué hizo de verdad al final y qué no. Pero da igual, es lo de menos casi.

El caso es que tenía bastante fama de cara dura, quizás lo era. No sé, el caso es que intrigada le pregunté que por qué tenía que haber gente que no daba un palo al agua o vivía de las rentas o de la fama, eran unos caras ¿no? Me parecía francamente mal que hubiese gente así y desde luego que insólito el comentario en su boca.

Mi padre me explicó que no todo el mundo estaba hecho para trabajar de 9 a 5, o por cuenta ajena, o en una oficina, una fábrica o el campo. También me dijo que además muchos vagos al final acababan currando mucho más que los trabajadores oficiales y que una cosa era la actividad y el movimiento y hasta el esfuerzo y otra, distinta, el trabajo.
Me sugirió también que a veces es mejor incluso que determinada gente no trabaje, o que trabaje poco tal y como lo entendemos el resto de los mortales. Que el afán por hacer no es siempre bueno, y que incluso puede ser muy peligroso. Y que una sociedad sana es la que permite que haya cierta variedad y no corta a todo el mundo por el mismo patrón, ni tampoco juzga, deja espacio. No era mi padre nada partidario de la igualdad.

Luego he comprobado qué razón tenía.
PD: Después de la loa al polígono tenía que escribir algo totalmente al revés.

14 comentarios:

sarracena infiel dijo...

Mucho más frivolón, por Dios.

Razón tenía tu padre; D. Jaime respondía a ese tipo, extinguido, de vividor exquisitamente educado.

Extinguido lo de "exquisitamente educado", claro.

Hoy se lleva otro tipo de vividor, mucho más zafio y plano, acorde con esa cosa tan cursi que se ha dado en llamar "el contexto".

Ahora bien, para vivir sin hacer nada hay que trabajar duramente, en otros "contextos" bien es cierto, pero mucho.

Claro que luego hay por ahí especímenes privilegiados: son y parecen, sin esfuerzo alguno, retrasados mentales.

Con Dios, hedbanna.

María dijo...

Y tan al revés de lo del polígono, Máster... pero igualmente entretenido. Razón tenía tu padre en que una sociedad sana debe ser una sociedad abierta, en que quepamos todos...

Además, 8 horas en el curro no es lo mismo que 8 horas de trabajo.

Un abrazo

Suso dijo...

Ayer contó Federico J. Losantos en su programa el día que asistió a la máquina de la verdad de Julián Lago.Junto a él estaba Don Jaime de Mora y Aragón. Al comenzar el programa pidió un güiski,luego otro, y otro y otro, así hasta seis...y decía que el tío ni se inmutó (Don Jaime)

Tipo curioso, también actor,una raza que se está extinguiendo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Hola Aurora.

Tenía un morro...

Vamos el anti-polígono.

Un abrazo.

lolo dijo...

El antipolígono...me gusta el nombre.

A mí, no se por qué extraña asociación, se me mezcla su imagen con la de Dalí. Qué cosas tiene la cabeza. Pero no, no, me acuerdo de él.

Hay trabajadores oficiales que trabajan en serio, por cuenta ajena y sin horario. Gente de empresa que se toma como suyo lo que no lo es y lo saca adelante dejándose la piel.
Y funcionarios dignísimos trabajando, por supuesto. Y también gente que se escaquea en todos los "contextos".

De todo hay, que vivir de rentas da mucho trabajo también. Y los que escriben y los poetas que parece que siempre están a punto de dar con el verso y las madres que están en casa, y los inválidos y enfermos que...
¿Sabes que creo? Que el trabajo está un pelín sobrevalorado.

Mirna dijo...

Lolo, a ti te recuerda a Dalí, pues a mí me recordaba al Count Drácula, que salía en Barrio Sésamo contando de todo.
Un Jaime de Mora y Aragón en un polígono, uhhm, mirad ahí está Marbella. Realmente sí fue un personaje importante para el lanzamiento de esta ciudad entre los miembros y miembras (jeje) de la jet (jet-a). Una vez lo vi con la Gunilla Von Bismark (o como narices se escriba), valientes personajes.
Pero tenían clase, qué narices, hasta borrachos y sin hacer ni el huevo, tenían clase.
En cambio, yo veo ahora muchos más aprovechados salidos de la nada, con los que no puedo. Sólo hay que darse una vuelta por esa atrocidad que es la tele o las revistas de peluquería.
Pd. Genial las ampollas, auténticamente milagrosas. Gracias y muchos besos.

Modestino dijo...

Cuando el hombre salía en la tele siempre decía cosas simpáticas, dudo que alguna vez ofendiera a alguien.

Toi dijo...

lo ya dicho: me sorprendes
gratamente
pero me sorprendes
siempre

Máster en nubes dijo...

Pepa: hay muchos tipos de vividores, a mí muchos me caen muy bien, la verdad. Ya me gustaría ser como ellos.

Rocío: es que me interesan los polígonos pero muchas otras cosas, como a ti, creo ;-) Y desde luego que 8 horas en un sitio no son sinónimo de trabajar.

Suso, sí, hay gente que ni se inmuta bebiendo.

Javier, sería cara pero tenía cierto encanto.

Lolo, qué razón tienes, aunque realmente el paro es terrible, pero entiendo lo que dices desde el punto de vista de que al final solemos hacer cosas no importantes muchos de nosotros ¿no?

Mirna, el conde Drácula de los teleñecos era MI FAVORITO, me hacía mucha gracia... Perdón por haber puesto lo de D. Jaime, segurmente los que sois de allí lo conociais mejor, pero la anécdota era con él, casi lo de menos era si era o no cara, que creo que lo era ;-) Me alegro que la vitamina c funcione, yo es que me baño en ella casi ja ja (a lo mejor es el placebo, yo es que pongo mucha fe en todo)

Modestino, sí, yo creo que hay gente que no ofende y hace gracia ¿no?

Lo ya dicho, Toi, espero sorprenderte para mal y que sigamos siendo amigos, es la prueba de oro ;-)

Muchas gracias a todos, ha sido un día durillo, se me paró el coche en mitad de la carretera, vino la grua, lo llevé al taller, me tuve que volver en bus, en fin, la biblia en verso. Menos mal que estoy leyendo el Topicario de Jesús Cotta y con la risa que me entra se me pasan todos los males.

Olga Bernad dijo...

Un poco como tú, que siempre eres Condesa o Duquesa, incluso trabajando;-) No es un tema frívolo, debemos admitir la variedad y reconocer una cierta gracia (en quien la tenga, claro:-) Yo lo recuerdo como un personaje agradable y poco ofensivo, como dice Toi.
Pero bueno, tal vez no forma parte de mis mitos (ni creo que a él le preocupase mucho;-)
Olvida el día y tómate un algo conmigo, aunque sea virtualmente.
Yo me voy a pintar los ojos, que igual salgo esta noche...

Toi dijo...

ya me has sorprendido para mal. y has superado la prueba del nueve

sunsi dijo...

Tarde pero llego, Máster. Interesante el post. Un punto de vista muy particular. Juego con ventaja porque me he asomado a los comentarios.

Cualidades de Don Jaime: era exquisito y, desde luego no hacía daño a nadie. ¿Cómo podía hacer daño si, para empezar, no "hacía".?

Con la asociación de ideas, que a mí también me recuerda físicamente a Dalí, sale ganando Dalí por goleada.

Es que estos tipos no me van nada, Aurora. Es más, según cómo me parecen un bofetón para los que se desloman por obligación y no llegan a fin de mes.

Para gustos... colores.

Un beso.

Olga Bernad dijo...

Jeje, qué bueno "¿Cómo podía hacer daño si, para empezar, no hacía?".

Máster en nubes dijo...

Sí, es que a veces casi es mejor no hacer ;-), de hecho yo reniego más de jefes activos que de vagos, fíjate qué horror, Olga. Hay alguno que me hubiera encantado que jugara más al golf, no sé, me daría más confianza en que la empresa iba bien...

Y luego están los activos que no paran que son malos, o que ni hacen ni dejan hacer en el curro. Uf, va de retro Satanás...

Mejor un vago simpático e inofensivo a veces ¿no?

Perdón, esto es todo una especie de tontería ;-)